La guerra sucia contra ETA germinó tras el asesinato de Carrero Blanco
La ultraderecha actuó bajo los mandatos en Interior de García Hernández, Fraga, Martín Villa, Ibañez Freire y Rosón
Las actividades de guerra sucia tuvieron su germen en 1974 tras el asesinato del presidente del Gobierno, almirante Luis Carrero Blanco, por una bomba de ETA. Los grupos antiETA empezaron a formarse en 1975 y sus integrantes eran hampones a sueldo, como antiguos miembros de la OAS (organización terrorista de apoyo a una Argelia francesa), con el apoyo informativo presumiblemente de los servicios de seguridad. En años posteriores, y hasta 1981, actuarían organizaciones de ultraderecha como la Triple A (Alianza Apostólica Anticomunista,) Guerrilleros de Cristo Rey, Batallón Vasco-español (BVE) y Antiterrorismo ETA (ATE).Durante la Transición política que va del citado año hasta 1977, que incluye el final del franquismo, la actividad de los mercenarios se circunscribe casi exclusivamente al sur de Francia, aunque también se producen acciones en suelo español. El balance de víctimas entre abril de 1975 y mediados de 1977 es de cuatro muertos y tres heridos.
El 23 de abril de 1975, siendo presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro y ministro de la Gobernación José García Hernández, estallaba la primera bomba de la guerra sucia en la librería Mugalde de Hendaya, controlada entonces por ETA político-militar. El explosivo causó daños materiales, igual que otra docena de artefactos en los meses siguientes. Fueron objetivos los coches, librerías de exiliados vascos y el restaurante de Juan José Etxabe, antiguo dirigente de ETA. Los comandos ilegales pasaron pronto a las acciones homicidas. El 5 de junio, cinco meses antes de la muerte de Franco, estallaba una bomba bajo el coche de José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera , en la localidad francesa de Biarriz. Durante 10 meses de 1975 se contabilizaron en al País Vasco francés una veintena de atentados.
La intensidad de los ataques se reduce considerablemente en 1976 con el primer Gobierno de la Monarquía. Sigue Arias Navarro de presidente y Manuel Fraga Iribarne es ministro de la Gobernación desde diciembre de 1975 a julio de 1976, periodo en el que se produjeron los sucesos de Montejurra, cuya sospecha recayó sobre algún activista neofascista que después apareció vinculado a los grupos de la guerra sucia. El Gobierno de Arias Navarro fue sustituido por el de Adolfo Suárez en julio de 1976 y Rodoldo Martín Villa ocupó la cartera de Fraga, que después tomó el nombre de Ministerio del Interior; en ella se mantuvo hasta abril de 1979.
A partir de las elecciones democráticas de junio de 1977 y hasta 1982, con los Gobiernos de UCD presididos por Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo (éste desde el 26 de febrero de 1981 al 2 de diciembre de 1982), se registra una intensa actividad de la Triple A, del BVE y de ATE, con un resultado de 41 muertos y 36 heridos. Los asesinatos comienzan en julio de 1978, cuando el coche del dirigente etarra Juan José Etxabe fue ametrallado en San Juan de Luz; resultó gravemente herido y muerta su esposa, Agurtzane Arregui. Etxabe reconoció que mantuvo conversaciones en nombre de ETA con un representante del Gobierno, el periodista José María Portell, que fue asesinado por ETA militar para abortar los contactos con Martín Villa. Seis meses después se producía otro asesinato en Anglet (Francia): el de José Miguel Beñarán, Argala, que fue el encargado de unir los cables que activaron la bomba que mató a Carrero Blanco.
La guerra sucia cobró así una ininterrumpida carrera de muertes y atentados en territorio francés y español e incluso en Venezuela y EEUU. Antonio Ibáñez Freire sustituyó a Martín Villa en abril del 79 y se mantuvo en Interior hasta mayo del 80. Desde la muerte de la esposa de Etxabe hasta diciembre de 1980 se contabilizaron 14 muertos y 12 heridos, aunque el balance también fue sangriento por parte de ETA, que en el mismo periodo asesinó a 96 personas.
Juan José Rosón ocupaba la cartera de Interior cuando el 24 de noviembre de 1980 se produjo el ametrallamiento del bar Hendayais, en Hendaya, que dejó dos muertos y 10 heridos y tuvo repercusiones por las responsabilidades que se atribuyeron al comisario Manuel Ballesteros, entonces al frente del Mando Único de la Lucha Antiterrorista. Un mes después, José Martín Sagardia Zaldua, Usurbil, fue asesinado en Biarritz. Después de tres intentos de atentado en Francia en los primeros meses de 1981, las armas de los mercenarios callaron de nuevo. Se abre así el periodo de silencio más largo, que comprende los últimos 17 meses de Gobierno de UCD y los 12 primeros del Ejecutivo del PSOE. El silencio fue roto en octubre de 1983, ya con los socialistas en el poder, con el secuestro y asesinato de José Ignacio Zabala y José Antonio Lasa en Bayona, seguido del secuestro de Segundo Marey. Los GAL entran en acción.
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