Un castillo entre vegas y ríos Los íberos lo llamaron Xalanx y los árabes Xalans
El pueblo se asentó al pie de un cerro, próximo a la orilla derecha del Júcar, poco después de recibir las aguas del barranco de la Espaldilla o del Agua y antes de la confluencia con el río Cantabán, que tiene un recorrido de dirección sur norte. Así que el término municipal de Jalance está bañado por diversos cursos fluviales que transforman su paisaje de montaña en una vega fértil. El acceso al Valle de Cofrentes-Ayora desde Valencia tiene dos vías de fácil recorrido: la primera, la nacional III hasta Requena, en dirección este oeste, y la segunda en sentido completamente perpendicular al anterior por la carretera nacional 330, a partir de Requena. Jalance es la segunda población que se encuentra el viajero al penetrar en el valle. Su situación ha permitido que esta localidad posea una zona urbana de calles que escalan la ladera del monte, donde se levanta un amplio castillo, y otra parte más moderna, junto a la carretera y en la parte baja, construida con los criterios de un ensanche para atender las nuevas demandas urbanas. Jalance huele a limpio. Tal vez sea por el empeño vecinal de blanquear las fachadas y añadir la nota de color con una cuidada ornamentación floral. El castillo es la seña de identidad de las diferentes poblaciones que conforman el valle. Las cinco localidades distribuidas junto al trazado de la carretera, manteniendo entre sí una distancia muy parecida, confirman la distribución estratégica de línea fronteriza que controlaba el acceso desde tierras manchegas a los montes valencianos. La fortaleza es de origen musulmán. Una carretera permite acceder hasta la cumbre. En la actualidad se encuentra en estado ruinoso, después de haber desempeñado un importante papel en las contiendas medievales y en los combates de las guerras carlistas. Las murallas fueron reforzadas el siglo pasado para acoger y proteger a los vecinos durante los conflictos entre liberales y carlistas. La base de su torre mayor y varios torreones mantienen todavía la firmeza de su solidez originaria. Aunque el Valle de Cofrentes-Ayora Jaime I lo conquistó a los moros, este lo entregó al rey de Castilla en virtud del tratado de Almizra, iniciando su nueva etapa histórica como señorío del infante Manuel. Pero en pocos años volvió al dominio del Reino de Valencia. En 1389 lo adquirió el duque de Gandía, Alfonso el Viejo, quien a la muerte de su hijo lo retornó a la corona. Pero en la memoria de este pueblo permanece sobre todo la referencia histórica de la marquesa de Zenete, Mencia de Mendoza y Fonseca, casada en segundas nupcias con el Duque de Calabria, Fernando de Aragón, cuyos restos están enterrados en el Convento de Santo Domingo en Valencia. Jalance, junto con otras poblaciones del valle, formó parte de su señorío. En el horizonte del pueblo destaca la altiva torre campanario del templo dedicado a San Miguel Arcángel, levantado en 1736 sobre los cascotes de otro más antiguo. La perspectiva de Jalance y su vega se puede tener, ciertamente, desde el castillo. Pero más a mano resulta acceder a la ermita, también de San Miguel, después de recorrer su calvario.
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