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India e Israel aceptan negociar la prohibición del uso de plutonio y uranio con fines militares

Tras la firma del Tratado sobre Prohibición de Pruebas Nucleares, que cuenta con notables ausencias (Israel, India y Pakistán, sobre todo), la producción de los materiales de fisión atómica con fines militares es el siguiente objetivo. Estados Unidos y sus aliados europeos lograron ayer un importante paso al conseguir un acuerdo de principio que limite el uso de plutonio y uranio enriquecido para la fabricación de armas nucleares. Los 61 países presentes en la Conferencia de Desarme están de acuerdo. Incluso India e Israel, aunque este último con ciertas condiciones.

Este acuerdo no supone ni mucho menos la prohibición automática. Es tan sólo un acuerdo para empezar a negociar sobre ella. El presidente de la Conferencia sobre Desarme de Naciones Unidas, el ucranio Mykola Maimeskoul, explicó ayer en la sede que la ONU tiene en Ginebra que los 61 países miembros alcanzaron el consenso para crear una comisión especial. No es un resultado espectacular, pero con esta iniciativa, avalada por India e Israel, los más reacios a cualquier compromiso sobre este asunto, se quiebra la parálisis en la que se encontraba sumida la conferencia desde hace algo más de un año.Los países occidentales, encabezados por Estados Unidos, habían solicitado la apertura de esta negociación tras la aprobación del Tratado sobre Prohibición de Pruebas Nucleares.

En la Conferencia sobre Desarme se crearon de entrada dos corrientes, la occidental y la de los llamados países no alineados, quienes no querían limitar la prohibición a los materiales de fisión para fines militares, sino que pugnaban por un desarme total global. Era la tesis de India.

La creación de la comisión especial fue propuesta en enero por Suráfrica. Entonces no contó con el apoyo de todos los participantes, pero el duelo de pruebas nucleares sostenido entre India y Pakistán en enero ha disparado varias alarmas y modificado muchas posiciones. El consenso ahora es total.

India hizo saber ayer que el futuro tratado deberá autorizar el mantenimiento de los depósitos existentes y limitarse a prohibir la producción de uranio enriquecido y de plutonio para uso militar en el futuro. Ésa es una de las claves. Esta decisión de Nueva Delhi tiene, además, un mensaje político, el de acercarse de nuevo a Occidente y desactivar las sanciones económicas impuestas por los ensayos nucleares de principios de año.

Mantener el secreto

El otro escollo era Israel. El presidente estadounidense, Bill Clinton, intervino personalmente, a través de su secretaria de Estado, Madeleine Albright, para convencer al Gobierno de Benjamín Netanyahu. Y aunque Israel aceptó, dejó muy claro que ese apoyo provisional a la comisión especial que estudiará el caso no significa en absoluto que vaya a aprobar después el futuro tratado.Israel pretende, en cualquier caso, mantener sus programas nucleares en el más absoluto de los secretos por razones estratégicas y de seguridad.

La decisión del Gobierno de Israel en participar en este debate supone "la decisión estratégica más importante adoptada por Netanyahu" desde que en junio de 1998 llegó al primer ministerio, aseguró ayer un portavoz del Ejecutivo.

Israel posee entre 200 y 300 bombas nucleares. Las primeras noticias sobre el verdadero alcance de ese arsenal las ofreció en 1986 Mordejai Vanunu, que trabajaba en ese programa atómico, y que huyó a Londres, donde fue secuestrado por el Mosad. Vanunu se encuentra hoy encarcelado y aislado en una prisión de Israel.

Israel nunca ha reconocido públicamente estar en posesión de armas nucleares ni ha firmado tratado alguno relacionado con la no proliferación. Su motivo siempre ha sido el mismo: es una cuestión interna.

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