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Entrevista:ANDALUCÍA, SIGLO XXI

"El poder ha desvertebrado a la sociedad en Andalucía de forma intencionada"

Luis Barbero

Pregunta. ¿Se debe mirar con recelo desde Andalucía la Declaración de Barcelona? Respuesta. El cierre del Estado de las Autonomías tal y como está en la Declaración de Barcelona no está en el espíritu de la Constitución. Creemos que no es necesario una reforma constitucional en el tema autonómico, tampoco hay que asustarse si se reforma, pero sólo debe hacerse cuando sea necesario. La Constitución aún se puede desarrollar en lo que se refiere al modelo autonómico. P. Otros partidos ya hablan de ir hacia un Estado federal. R. En la óptica del PP no es necesario. El actual modelo autonómico es solidario. No hay que cambiar el modelo de Estado, sino profundizar en el que ahora está consagrado. Tiene que existir el convencimiento de que el funcionamiento autonómico no provoca enfrentamientos o agravios comparativos. P. Dice que el actual modelo es solidario, pero Andalucía vive a veces con sensación de agravio. R. Esa sensación la ha propiciado el PSOE en los dos últimos años. Hasta 1996, el PSOE jamás había dicho que hubiese motivos de agravio del Gobierno central a Andalucía. Si Andalucía tiene hoy menos peso en el conjunto del Estado no es por agravio del Gobierno, sino porque los dirigentes de la Junta no han sabido conseguir el sitio que Andalucía se merece, aunque ahora piensen que el sitio se gana con el vocerío. P. ¿Tiene sentido un nacionalismo andaluz? R. En Andalucía no tiene sentido separar el sentimiento de lo andaluz del sentimiento de lo español. No hay disyuntiva entre lo español o lo andaluz. Hablar de nacionalismo es ir mucho más allá del sentimiento del pueblo y, en política, uno se puede equivocar mucho, pero no se puede ir más allá del sentimiento de los ciudadanos. Defender a Andalucía no es exclusivo de nadie. Todos tenemos derecho a levantar la bandera andaluza . P. ¿Cuáles son las señas del andalucismo del PP? R. Andalucía es una comunidad que ha ido por detrás de otras comunidades. Ha faltado una burguesía progresista y con raíces profundamente andaluzas, pero eso se va creando ya. Se han dado pasos de gigante en los últimos 15 años. Tenemos que dejar de sentirnos de menor categoría. No tenemos que sentirnos más, pero tampoco menos. Hay que aprovechar la falta de contradicción entre el sentimiento de lo andaluz y de lo español, trabajar esa solidaridad entre Andalucía y el resto de España. P. ¿Tiene Andalucía un hecho diferencial? R. Andalucía tiene cultura e historia propia. El carácter andaluz es un hecho diferencial aunque no esté recogido en estatutos o leyes. Hay una forma de ver la vida que es un valor. A veces se han dado imágenes falsas, pero se están logrando romper esos tópicos. P. ¿Izquierda y derecha son parámetros ideológicos válidos para el nuevo siglo? R. La definición de izquierdas y derechas cada día es más complicada. Nosotros no nos consideramos de derechas, nos sentimos profundamente de centro, que significa ser moderado, dialogante, solidario... La dialéctica izquierda-derecha es más conceptual que práctica. Se defina uno como se defina, las políticas del día a día te obligan al pragmatismo en la gestión. En la definición conceptual también hay cada vez menos diferencias. En temas como la solidaridad, la libertad o la igualdad, se discute cada día menos. P. ¿Y por qué Andalucía todavía no ha dado su confianza al PP para gobernar? R. Es verdad que no hemos ganado elecciones autonómicas, pero hoy en día la mitad de la población andaluza está gobernada por alcaldes y alcaldesas del PP. Ha habido muchos tópicos sobre nosotros y una utilización no muy limpia de viejas rencillas y temores antiguos. En Andalucía, el ellos y nosotros existe mucho más que en otras comunidades. Esa gran brecha ha sido propiciada por nuestros adversarios políticos. Se ha dicho que con el PP desaparecerían las políticas de solidaridad, la educación y la sanidad pública. El PSOE domina y utiliza los recursos del poder contra nosotros, pero la labor del Gobierno va cambiando esta idea. P. ¿Tiene sentido reforzar las identidades regionales cuando los estados están cediendo soberanía a la Unión Europea? R. Creo que no se contradice, salvo que se quiera llegar a más. El supraestado europeo no implica que no haya identidades regionales fuertes, sentimientos basados en la historia y la cultura. Siempre y cuando se sepan hasta donde llegan las competencias. P. La tendencia es ir hacia menos Estado. Las administraciones superiores se niegan a ceder competencias y las inferiores no dejan de reclamarlas. ¿Cómo se puede solucionar? R. Ahí es donde estará la gran batalla política en los próximos años. Más que un problema ideológico puro, se tendrá que debatir sobre la concepción de los Estados, las nacionalidades y las regiones. El concepto del PP de menos estado y más sociedad va en consonancia con el espíritu europeo. Los partidos deben saber su papel y no invadir la sociedad. En ese marco, nuestro esfuerzo debe ir por potenciar la organización social, que la gente entienda que debe organizarse mejor per se. Los estados no deben invadir competencias de la organización privada de la sociedad. Ahí está el gran reto de la construcción de la nueva Europa. P. La desvertebración de la sociedad andaluza no es un hándicap para este proyecto. R. Ha habido una desvertebración de la sociedad andaluza intencionadamente propiciada desde el poder. No se quería que en Andalucía hubiese una sociedad fuerte. En los momentos de hegemonía del PSOE, que dominaba Junta, diputaciones, ayuntamientos y hasta clubes de fútbol, se quiso confundir partido y sociedad. No se dejaba respirar a la sociedad. Ésta debe darse cuenta de que tiene que hacer cosas por sí misma. En Andalucía, que hay un déficit estructural, el Estado debe corregir las desigualdades, pero hay que cambiar la mentalidad de quienes mandan y de los ciudadanos para ir hacia la ciudadanía activa. P. ¿Por qué se apartaron desde el principio del foro Andalucía Nuevo Siglo? R. En la primera conversación nos pareció una idea interesante, pero dijimos que lo apoyábamos siempre que fuese un foro de reflexión sobre el futuro de Andalucía. Advertimos que si se potilizaba nosotros no participábamos. La presentación en el Palacio de San Telmo fue desafortunada y no hubo negociación sobre la gente que componía el foro.

"Los andaluces tenemos que dejar de sentirnos de menor categoría"

Juan Ojeda Cordobés, 50 años Periodista de profesión, dirigió el Diario CórdobaFue secretario regional de Formación del CDS Diputado autonómico del Partido Popular desde 1990

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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