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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Humillación temporal

Digamos que no hay trabajo; todo el mundo lo sabe. Digamos que estoy desesperada y que, pese a mi preparación, estoy dispuesta a aceptar casi cualquier tipo de empleo no degradante. No lo encuentro. Digamos que entro en una ETT (empresa de trabajo temporal) para ver cómo funciona. Me atiende una señorita:"Justamente estábamos buscando una chica bilingüe con su perfil. Claro, que cobrará sólo el 70% de un sueldo que ya era irrisorio. Puede usted considerarse afortunada. Existen salarios mucho más bajos".

Y lo más triste es que efectivamente me puedo sentir afortunada por poder mandarles a paseo. No tengo ni bocas que alimentar ni letras que pagar. Al fin y al cabo, nadie consigue irse de casa antes de los 28 años.

Pero podría ser otro mi caso, y tendría que pasar por el aro y dejar que me robaran y explotaran con licencia del Gobierno, de mi Gobierno, que debería protegerme y organizar una sociedad justa e igualitaria para todos.

Pero ¿quién gana con todo esto? Al empresario le ahorra tiempo en buscar empleados y dinero en anuncios de periódico. Las ETT deben tener un beneficio escandaloso realizando una función que debería cubrir la Administración pública como derecho constitucional. Y las víctimas son los de siempre: personas tan necesitadas que tienen que ceder ante semejante extorsión. ¿Es que nadie ha leído Robin Hood? ¡Ah, sí, claro! Robar a los pobres para engordar a los ricos. Se me había olvidado la última rectificación de los textos infantiles.

En fin, he aquí un claro retroceso en la historia de la civilización humana. Nuestros descendientes no tendrán más remedio que avergonzarse de nosotros, de nuestro maravilloso y democrático sistema, tan mezquino y egoísta que permite y propicia que la riqueza se concentre en las manos menos escrupulosas, mientras la honradez trabajadora se vende en mercados de corbatas, y en Somalia siguen muriendo a millares. ¡Continúen presionando, sigan! Cuando el balón reviente, nos pondremos manos a la obra para reconstruir un mundo que respete al ser humano; por todos y para todos.-

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