El saludable exotismo Los baños de Sierra Alhamilla ofrecen ocio, paz y salud
Desde hace 3.500 años las fallas alpujarreñas deslizan entre sus capas el agua que emerge en Sierra Alhamilla (Almería), transformando en oasis un trocito del corazón desértico de la provincia. Argares, fenicios, romanos y árabes sacaron en su tiempo los beneficios terapéuticos de las aguas que manan a 58ºC, la temperatura más alta de toda Andalucía. Tras siglos de abandono y desuso, el balneario se empeña en existir, como se empeña el lunar verde entre tanto ocre, a los 460 metros de altitud donde está ubicado. Su historia contemporánea arranca en el siglo XVIII, cuando el entonces obispo de Almería, Claudio Sanz, reconstruye las ruinas de las civilizaciones pasadas. Su actual dueño y gerente, Isidro Pérez Molina, granadino de 64 años, acometió la última gran reforma del edificio hace 14 años. "Cuando empezamos no había ni luz", comenta. La peculiaridad del entorno, a tan sólo 15 kilómetros de la capital, entre Rioja y Pechina, ha convertido el balneario en un lugar de peregrinaje de turistas heterogéneos: desde los que ansían la cura termal sin más, y que durante nueve días se encomiendan a tratamientos con el agua motivados por una mezcla de superstición y cura, pasando por los que sólo buscan relax y tranquilidad hasta los que practican un turismo rural y activo. La inclusión de los baños de Sierra Alhamilla en una guía inglesa sobre Andalucía ha aportado también su granito de arena en cuanto a clientela, a la vez que despierta el asombro de su dueño: "Desde que se publicó esa guía vienen por aquí muchos turistas de EE UU y Canadá". Las aguas de Sierra Alhamilla, declaradas de utilidad pública en 1838, están indicadas para curas hidrotermales, respiratorias y de ingestión. Artrosis, reúma, neuralgias, rinitis, faringitis, asma o molestias estomacales, entre otras enfermedades, encuentran alivio bajo sus efectos. Sin embargo, curas de sueño y estrés parecen acaparar poco a poco un lugar elevado en el ranking de arrechuchos. Reyes Otero, periodista de 29 años, se ha desplazado desde Sevilla hasta el balneario almeriense, junto con su madre y hermana, 70 y 38 años. Han elegido este centro termal porque, explica, "era el mejor indicado para las dolencias de mi madre y también porque no hay que estar enfermo para venir. Mi hermana y yo haremos una cura de estrés". El edificio, plagado de reminiscencias romanas y árabes que su dueño ha mimado y protegido, dispone de bañeras individuales y albercas romanas que han perdurado a través de los siglos. Chorros de agua que mueven grasas y reactivan puntos vitales o baños de burbujas que activan la circulación, junto con masajes subacuáticos dentro del agua, se destinan a los usuarios de los baños, cuya media de edad no supera los 50. Las instalaciones parecen quedar pequeñas, a pesar de contar con 22 habitaciones, pistas de tenis, gimnasio o piscina cuya temperatura no baja de los 36ºC. En proyecto están otras dos piscinas, una de agua caliente y otra más fría, y 60 estudios de alojamiento que, "por falta de dineros" se han quedado a medio construir.Dirección 04250 Pechina (Almería) Tipos de aguas Ricas en bicarbonato, sodio y calcio Indicaciones Problemas de huesos, estrés, obesidad y alergias Precios Baño termal: 1.200 ptas. Albercas: 2.000 ptas.
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