"Ha sido una victoria extraordinaria"

Marco Pantani es una mina. El ganador inesperado del Tour de los gigantes se eleva sobre su 1,70, sus escasos 55 kilos, y vestido de amarillo (el primer italiano que puede hablar desde esa condición en 33 años), prepara una historia mientras oye a los periodistas hacerle preguntas. Marco Pantani responde no con discursos, sino con cuentos. Alegres, tristes, dramáticos, graves, alborozados y felices. Marco Pantani es el ciclismo. Su Tour, el Tour al que sólo su hazaña ha dado valor deportivo, es una sucesión de historias y de valores. Es ciclismo. Y lo cuenta en el corazón de Borgoña, donde los grandes reservas. Él lo es de la cosecha de 1970, excelente. "Con tres flechazos en montaña me ha bastado".El coraje y el atrevimiento de una historia épica. O sea, el Galibier, el gigante ante quien palidece de envidia el mismísimo Tourmalet. "Nunca en el Tour he tenido la sensación de que Ullrich fuera batible. Pero no he parado de intentarlo, no he parado de buscar la posibilidad de hacerle sufrir una crisis. Lo intenté en el Galibier. Cuando salí sólo pensaba en arrancarle tres minutos. Sólo en vestirme de amarillo, sin más. Y eso ya me parecía una hazaña. Pero según hacía el camino, empecé a pensar, a afanarme, en sacarle más cada kilómetro. Siempre un poquito más, algo más. En la última subida del día me guió una determinación irreprimible. Es difícil que vuelva a darse un día en que se junten tantos componentes diferentes. Nunca pensé en el miedo de perderlo todo, de no ganar la etapa. Tuve sólo el objetivo de ganar, sin pensar en Ullrich y los demás. Busqué mantenerme concentrado y encontré mis aliados: coraje, resistencia, fuerza. El día incluso había comenzado mal. Me caí al principio y me golpeé en la rodilla. Y encima, el frío. Con mis 55 kilos es difícil de soportar. El descenso del Galibier lo hice al límite de la congelación, sin sensibilidad en las manos. Fue una jornada grande. El día excepcional que resume todo el Tour, sobre todo por la prueba de continuidad que di .

La muerte de Pezzi

Lágrimas y sueños de una historia dramática y ciclismo de otra época. La muerte de Pezzi, su abuelo deportivo. "Ser el primer italiano que gana el Tour en 33 años, pero sobre todo porque mi equipo comenzó el año soñando con el maillot amarillo. Pezzi, que murió hace un mes, tenía esta victoria en el corazón. Él fue el último director de Gimondi y siempre buscó transmitirnos el carisma y la conducta en carrera que se estilaba hace varios decenios. En el funeral de Luciano pensé, y era un pensamiento irreal, presuntuoso, en venir al Tour por él y hacer algo importante por él. Si él estuviera ahora aquí sería el hombre más feliz del mundo".La historia triste. El Tour químicamente más limpio. El Tour más duro. La dignidad. El orgullo. "Los hechos extradeportivos han tocado a todos en el ámbito psicológico, en el sistema nervioso. Hemos vivido en nuestra piel situaciones muy difíciles. Que nadie olvide que no hay ningún deporte parangonable al ciclismo. Estamos tres semanas al límite de la supervivencia. Y encima la historia del dopaje, la historia de la policía... Seguramente el temor a la policía, el temor a los registros, han dejado más limpio el ambiente. Pero, de todas formas, éste ha sido el Tour más difícil de los cuatro que he hecho. Y creo que la clasificación final es una clasificación respetable. Sin Pantani nadie se habría dado cuenta de que Ullrich estaba en crisis. Pantani no era el mismo del Tour del 97, cuando me pesaba demasiado el accidente del año anterior. He estado más tranquilo, más maduro, más templado, más entrenado. A los 28 años he alcanzado mi madurez atlética"...

La victoria. "Es un triunfo merecido. Estoy contento porque el infortunio me perseguía desde hace años , pero el Giro y el Tour me han recompensado por todo ello. Ha sido una victoria extraordinaria, sobre todo por la forma, por mis hazañas en montaña. Espero haber regalado bellos momentos a los apasionados del ciclismo".