El pelotón español vuelve de Francia de incógnito
Banesto y Kelme eligieron la mañana, Vitalicio optó por un traslado inmediato en la noche de ayer, y el ONCE lo hizo de forma paulatina, a la vista de la detención del médico del equipo, Nicolás Terrados. Así se despidió el pelotón español del Tour: los directores, a excepción de Manolo Sáiz por razones obvias, trataron de acompañar personalmente a la caravana de vehículos ante la posibilidad de una incidencia con la policía en las carreteras francesas. Vitalicio, Banesto y ONCE optaron por trasladar a sus corredores a España por avión; no así Kelme, que lo hizo en el propio autobús del equipo con dirección a Barcelona.
El patrón del Kelme, José Quiles, aseguró ayer en Elche que Banesto y ONCE rompieron un pacto por el que la decisión de abandonar debía tomarse tras acabar la etapa del pasado miércoles. "Sorprendentemente, vimos como Banesto y ONCE dejaban la carrera antes de finalizar la etapa y el Vitalicio lo hacía en la meta", afirmó Quiles. A su juicio, la decisión debía ser tomada por todos los equipos del pelotón y no sólo por los españoles.
Para el director de Banesto, José Miguel Echávarri, la retirada fue la decisión más dura de su carrera. Consultó durante tres horas con el banco y con amigos ajenos al mundo del ciclismo. Echávarri no había dejado de participar en el Tour desde 1983, cuando se atrevió con el modesto equipo Reynolds. El Tour era su carrera. Horas después, aún confía en que el gesto de los equipos españoles no quede en una anécdota y sirva para abrir una reflexión sobre el futuro del ciclismo.
Escena emotiva
Banesto vivió una escena emotiva la noche de su despedida. Compartía hotel con el Mercatone Uno, el equipo de Pantani. Se vieron las caras en la cena, pero, cuando acudió Pantani a la mesa de Banesto, fue recibido con una ovación. "Nos hubiera gustado celebrar de otra manera tu triunfo", le dijeron, "porque no vamos contra el Tour".La ONCE trató de adaptarse a las circunstancias. Después de una jornada complicada tras el registro policial, los corredores fueron trasladados al aeropuerto de Lyón. Una pequeña parte del equipo, con el autobús, se quedó varias horas en el hotel esperando noticias del médico. Como la situación podía alargarse, Sáiz ordenó el traslado del resto de la expedición y decidió quedarse, acompañado por Pablo Antón, el mánager, en Chambéry, en cuya comisaría declaraba Terrados.
Vitalicio y Kelme decidieron un abandono de circunstancias. Giacomo Landi, patrón del Vitalicio, dio a Javier Mínguez, director del equipo, la orden de retirada tras constatar el clamor popular en España. Las razones del patrón de Kelme eran parecidas: no parecía muy popular quedarse en el Tour a la vista del apoyo recibido por ONCE y Banesto.
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