El TVM, forzado a hacerse análisis de sangre
La policía sacó a los corredores de su hotel al concluir la etapaEl Tour lo considera intolerable y protestará
El Tour sufrió ayer la mayor agresión de una espiral policial que parece que no encuentra límites cuando, a las 20.30 horas, varios agentes condujeron a los seis corredores que siguen en carrera del equipo holandés TVM a un hospital de Albertville para ser sometidos a un análisis de sangre y cabello. Nunca antes poderes ajenos a los deportivos habían tomado medidas contra deportistas en activo durante una competición. Tal conmoción causó el procedimiento que el propio director del Tour, Jean Marie Leblanc, se puso en contacto con los directores de los equipos para mostrar su preocupación por cualquier decisión que pudieran tomar y expresarles que consideraba "intolerable y excesiva" la actuación de la policía y de los jueces."Temo que alguien quiere destruir el Tour", les confió. Leblanc se mostró dispuesto a emitir un duro comunicado de protesta. Mientras, el director y el médico del TVM, Cees Priem y Andréi Michailov, respectivamente, siguen encarcelados en Reims. Ayer declararon ante el juez en relación con el hallazgo en un coche de su equipo de 30 dosis de productos farmacéuticos. Están acusados de transportar productos venenosos y de tráfico de sustancias prohibidas. Por otra parte, Bruno Roussel, el director del Festina encarcelado hace 10 días, fue puesto en libertad bajo fianza de 50.000 francos (1.250.000 pesetas). El proceso al Festina sigue su curso.
La espectacular acción policial de Albertville, concluida a las 23.55, cuando los corredores del TVM, escoltados por coches policiales, regresaron a su hotel, no fue la única de un día de gran actividad en la cruzada antidopaje emprendida por las autoridades francesas. Por la mañana, un camión del equipo BigMat que se dirigía desde Grenoble hasta la meta de Albertville fue interceptado en el peaje de una autopista y registrado cuidadosamente. Según fuentes policiales encontraron unas 100 dosis de diversos productos farmacéuticos que fueron enviados a analizar a un laboratorio. Antes, en la salida, ya se habían disparado los temores de una nueva acción policial sobre el Tour como consecuencia del testimonio ante la policía de los ex corredores del Festina Emmanuel Magnien (actualmente en La Française des Jeux) y Gilles Bouvard (Casino), quienes declararon la víspera que el dopaje ya estaba organizado desde hace años en el equipo.
La policía continuó en marcha. A primeras horas de la tarde tomó al asalto el hotel Million, situado a 500 metros de la meta de Albertville y en el que se alojaba el TVM. Los agentes cerraron el hotel al público y procedieron durante horas a un minucioso registro de las habitaciones y las pertenencias de los miembros del equipo holandés. De allí salieron con tres maletas y una bolsa de deportes. También fueron conducidos a comisaría, aunque por breves horas, los directores deportivos Guido van Calster y Hendrik Redant, el chófer del autobús y un masajista. Cuando los corredores, después de una dura jornada alpina de más de seis horas, llegaron a su hotel, se les permitió la entrada. Recibieron masaje, pero apenas pudieron cenar. A las 20.30, los holandeses Blijlevens (un buen sprinter que ha ganado una etapa en los tres últimos Tours y nunca ha dado positivo en la carrera francesa), Voskamp (un habitual ganador de etapas en las grandes vueltas, especialista en escapadas en grupo) Knaven y De Jongh, el ucranio Utschakov (otro ganador de etapas) y el ruso Ivanov, los seis supervivientes del equipo, montaban en dos coches del conjunto y eran guiados a un hospital. Regresaron casi cuatro horas después. En el centro sanitario se les extrajo sangre para diversos análisis, así como cabello. Esas pruebas deberían probar su consumo de sustancias prohibidas por las leyes deportivas.
Aplausos a la vuelta
Cuando volvieron a su alojamiento fueron aplaudidos por unas 200 personas, entre periodistas y espontáneos curiosos que allí se habían congregado. Algunos ciclistas hicieron el signo de la victoria al entrar en el hotel, protegidos por un cordón policial. No hicieron declaraciones. "Han pedido que se les deje dormir tranquilos", explicó un policía. Otto van Veen, jefe de prensa del equipo, anunció que hasta hoy no habría un comunicado oficial. Los corredores tenían previsto tomar hoy la salida de la 17ª etapa.La preocupación entre los participantes en el Tour sepultó en la meta la resonancia deportiva del duelo Ullrich-Pantani. Entre los directores se hablaba en voz baja del miedo a lo que podría pasar; algunos equipos estarían dispuestos a abandonar la carrera pero sólo si la decisión la tomaran todos; ese miedo a ser señalados como sospechosos por dejar el Tour alcanzaba también a los médicos. Uno explicaba que él se marcharía ya mismo. La sensación de psicosis es palpable.
A estas noticias se añadió ayer otra que no tenía que ver con la carrera, pero sí con la legislación francesa. No muy lejos de Albertville, a unos 40 kilómetros, la policía registraba las maletas de la delegación china de atletismo que se encontraba en la localidad de Annecy para disputar el Mundial júnior. Ayer mismo, el propio presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, volvió a insistir en la necesidad de una definición clara de lo que es doping y a proponer una conferencia para estudiar este asunto para el mes de enero.
Precisamente, la organización del Tour esperaba la presencia de Samaranch en la salida de hoy, aunque quizá no se produzca dada la tensión existente y la posibilidad de que el mismo Tour emita un comunicado de protesta. Hoy, nuevamente, la carrera volverá a un segundo plano. El Tour vive una experiencia dramática, cuyo final es difícil de precisar ante el carrusel de acontecimientos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.