El Gobierno y las fuerzas rebeldes acuerdan un alto el fuego en Guinea Bissau

El Gobierno de Guinea Bissau y las fuerzas rebeldes, dirigidas por el general Ansumane Mané, acordaron ayer un "alto el fuego" en la ex colonia portuguesa, después de 50 días de enfrentamientos armados que causaron alrededor de 2.000 muertos y más de 300.000 de refugiados, que abandonaron sus hogares huyendo de los bombardeos. La tregua fue alcanzada gracias a la mediación de una delegación de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), encabezada por los ministros de Asuntos Exteriores de Cabo Verde y Portugal, José Luis de Jesús y Jaime Gama, respectivamente.

La tregua, alcanzada a bordo de la fragata portuguesa Corte Real, establece el inicio de unas negociaciones bilaterales, la llegada de una fuerza multinacional, "preferentemente de países lusófonos", que controle el proceso de paz, y la apertura inmediata de corredores humanitarios que permitan la llegada de ayuda urgente a los refugiados.

El principio de acuerdo constituye, sin duda, un triunfo diplomático de la comunidad lusófona que desde el principio se había empeñado en acabar con la crisis tras el fracaso de todas sus gestiones en Angola. El acuerdo estuvo a punto de ser alcanzado el sábado, pero la oposición del presidente João Bernardo Vieira a la retirada de las tropas senegalesas truncó la firma.

"El principio de entendimiento" alcanzado no menciona este asunto, por lo que se cree que las fuerzas del país vecino, que acudieron a Bissau en ayuda del presidente Vieira, permanecerán en la ex colonia lusa hasta que se estabilice la situación. El conflicto se inició el pasado 7 de junio cuando el general Mané fue destituido como jefe del Ejército, acusado de facilitar el tráfico de armas a los rebeldes.

Las autoridades portuguesas anunciaron anoche que están dispuestas a enviar tropas para la fuerza multinacional que controle el proceso de paz y facilite la entrega de ayuda humanitaria a los refugiados.