En la piscina, las reglas son para todos

Las piscinas y los campings son espacios para disfrutar, pero también, si no se toman las debidas precauciones, para coger enfermedades. En cualquier caso, y dadas las aglomeraciones que soportan estos lugares en verano, existen unas normas mínimas que todo el mundo debe conocer y respetar. Antes de nada ha de saberse que, después de las comidas, es conveniente esperar 45 minutos para bañarse. Luego, la primera obligación de quien se baña en una piscina es ducharse antes de entrar en el agua, asegurándose de que no le quedan restos de crema en el cuerpo. Y al ducharse, lo recomendado es que se haga con unas zapatillas para evitar cualquier contaminación en los pies; lo mismo ha de hacerse al acudir al vestuario. Andar descalzo en esa zona común tampoco es bueno. Si se utiliza un bañador u otras prendas cedidas por la empresa dueña de las instalaciones, uno ha de asegurarse de que han sido desinfectadas previamente. Introducir animales en la zona de baño está prohibido; si va con un animal de compañía, téngalo presente. No arroje residuos al suelo; para eso están las papeleras y contenedores de basura. Y los niños, procure que usen los wáteres antes de lanzarse al agua. En cuanto al sol, no lo tome demasiado seguido, ni con gafas; y, en el caso de los niños, extreme estas precauciones. Utilice las cremas protectoras que tengan la máxima graduación contra los rayos ultravioleta tipo B, que son los que provocan los cánceres de piel. Las cremas que se ponga, que sean las adecuadas; no use nunca aquéllas que contengan algún tipo de aceite. Por último, tanto las piscinas como los campings deberán cumplir unos requisitos y disponer de unas instalaciones y servicios adecuados (enfermería, socorrista, duchas, wáteres, etcétera), a las que usted tiene derecho. Si no es así, pida el libro de reclamaciones y denuncie la situación en la Oficina Municipal de Información al Consumidor o en el ayuntamiento.