La retención bajo vigilancia policial, forma de presión
La garde à vue (retención bajo vigilancia policial) es una medida que los jueces de instrucción franceses imponen frecuentemente en aquellos casos en los que quieren asegurarse el testimonio de los sospechosos durante la fase previa de los interrogatorios. En la práctica, tal y como se ha comprobado en los casos del director, del médico, del masajista y de varios de los ciclistas del Festina, esta medida constituye un elemento de presión judicial destinada a facilitar la tarea de los instructores. Tras su paso por la comisaría y su presentación al juez, el masajista Willy Voet, el director deportivo Bruno Roussel, el médico Éric Ryckaert y tres de los corredores han reconocido lo que públicamente negaron con anterioridad, a saber: que el dopaje era una costumbre.Citados inicialmente como meros testigos, los corredores del primer equipo del mundo han pasado por un trance penoso, humillante, mucho más duro, sin duda, que la subida del Tourmalet o el Aspin. Lejos de ser excepcional, la vigilancia policial de los sospechosos, por mucho que sean citados como testigos, es un hábito normal del procedimiento judicial francés cuando los interrogatorios se prolongan durante horas. El Tour de los calabozos, como le denominan amargamente los corredores del Festina, comenzó a librarse en realidad el 8 de julio, tres días antes de que el pelotón tomara la salida en Dublín. La policía judicial consideró que las fechas previas al inicio de la gran prueba ciclista era el momento propicio para echar un vistazo al coche de Willy Voet. Los resultados del registro desbordó ampliamente sus expectativas: 400 frascos de productos dopantes.
Competencias fiscales
La Fiscalía, que en Francia tiene competencias en materia de instrucción, abrió una información judicial y posteriormente, tras tomarles declaración, ordenó el procesamiento, primero del masajista y después del director deportivo y del médico. Este último, según su abogado, admitió que los corredores del Festina habían creado una caja negra para comprar los productos, declaración que unida a los anteriores testimonios condujo al juez a convocar a los ciclistas. Los primeros en recobrar la libertad, Laurent Brochard, Christophe Moreau y Armin Meier, fueron precisamente los que reconocieron haberse dopado.Ayer, Willy Voet, el primero en tirar de la manta, consiguió la libertad provisional tras un careo en el que los tres procesados se atribuyeron mutuamente la responsabilidad. La historia es similar a la del TVM, dos de cuyos responsables, el director deportivo Cees Priem y el médico Andrei Mikhalov, han sido también procesados.
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