Antonio Saura habla desde detrás de su muerte
Tres cámaras captaron las últimas confesiones de Antonio Saura en su casa de Cuenca. Fue el 16 de junio. El pintor sabía que se moría y que sus palabras sólo se difundirían tras su muerte. "Soy un pintor fiel a mí mismo (...) Mi hija Marina es mi amante intelectual (...) La pintura ha sido mi terapia contra el dolor y la enfermedad (...) Mi hermano Carlos es mi mejor amigo". Saura se despedía sin dramas de la vida y coqueteaba irónico con la muerte. Canal+ estrena hoy, con el pintor fallecido, Postdata, programa de entrevistas póstumas con grandes personajes de la vida española (20.35, en abierto).
Antes de la grabación realizada en su casa de Cuenca el 16 de junio pasado, los responsables de Postdata habían tenido una entrevista previa con el pintor un mes antes. Fue el propio Antonio Saura, fallecido el miércoles a consecuencia de la leucemia que padecía desde hace un año, quien avisó: "Si tardáis mucho en hacer la entrevista, os quedáis sin ella".Postdata, un programa absolutamente novedoso en el panorama televisivo de nuestro país, nace con la intención de realizar documentos biográficos de valor inestimable. El entrevistado es perfectamente consciente y da su autorización en documento firmado de que el programa sólo se emitirá tras su muerte, y aprovecha este hecho pra convertir sus palabras en una especie de última confesión.
La de Antonio Saura fue muy sencilla y tranquila. Con ironía y humor. Se realizó en su casa de Cuenca, por la imposiblidad médica de que el pintor viajara a un plató de Madrid. A lo largo de 52 minutos, el pintor de lo negro hace un repaso de su vida y su obra. Echa así un vistazo a su manera de vivir, de pensar y de pintar, a sus sentimientos y su dolor. Saura resalta la fidelidad a sí mismo a la hora de pintar, por encima de críticas adversas y de modas. "He seguido la trayectoria en la que he creído y he confiado en mí mismo", asegura.
De salud frágil desde la infancia, el pintor confiesa su ilusión por la vida y los coqueteos continuos con la muerte que se ven reflejados en sus cuadros. Y se pregunta: "¿Cómo es posible que haya hecho tantas cosas?". Saura no esconde el dolor profundo por la muerte de dos de sus tres hijas: "Las tres gracias", como las llamaba él. Fue un golpe duro que superó, confiesa, gracias a la pintura. "La pintura me ha servido de terapia contra el dolor y la enfermedad". De Marina, su hija viva, dice que es "mi amante intelectual".
"Creo en el amor, en la justicia y en la poesía". Saura dice que sus mejores momentos han sido los del amor, y habla de su primera mujer, madre de sus hijas, y de Mercedes, su última esposa, a la que le unió un flechazo y con la que convivía desde hace treinta años. "Sin ella no hubiera hecho nada". Mercedes estaba delante cuando Saura confesó esto. Fuera de cámara, se dirigió a ella y la dijo: "He dicho cosas bonitas de ti, pero podía haber dicho muchas más". Así lo cuenta la directora del programa, Belén Aranguren, de la productora Igeldo.
Aranguren, sobrina del filósofo fallecido José Luis López Aranguren, pensaba hacer con su tío lo mismo que ha hecho con Saura, pero no llegó a tiempo. "El declive fue tan rápido que fui incapaz de sacarle en cámara". Aranguren resalta que Postdata es un programa vital, en el que no cabe el morbo. "Pretendemos realizar un documento vital y profesional sobre los grandes personajes de la vida española. Son ellos los que se confiesan abiertamente".
Antonio Saura, dice Belén Aranguren, enganchó inmediatamente con la idea del programa, y "lo asumió con ganas, ironía y sentido del humor". Tan es así, que, en su permanente coqueteo con la muerte, entró en el juego y dirigiendo su mirada a la cámara el 16 de junio pasado, 37 días antes de su fallecimiento, afirmó: "Después de coquetear muchas veces con la muerte, ahora por fin me he muerto".
