Quemaduras y ampollas, ¡al médico!
El baño hidrata la piel pero el sol la quema; si se pone excesivamente blanca, rugosa, o si en ella se levantan ampollas, es que se ha abusado del agua. Entonces, lo primero que hay que hacer es protegerla del sol. Un sol que los dermatólogos recomienda que se tome poco a poco. Para el primer día de playa se aconseja no permanecer más de diez minutos expuestos al sol. Luego la recomendación es que se aumente el tiempo de permanencia cinco minutos cada día. "No hay que tener reparo en ponerse fotoprotectores de la máxima graduación para que nos protejan de los rayos ultravioleta tipo B, que son los provocan el cáncer de piel. Lo que mucha gente no sabe es que esa máxima protección no impide que los rayos de tipo A, que son los que nos ponen morenos, pasen sin problema", explica el dermatólogo Francisco Camacho. Y aunque se esté moreno, no hay que fiarse, la crema protectora contra los rayos ultravioleta hay que seguir usándola siempre. Los rayos solares que se reflejan en el agua o en la arena requieren una atención especial; en un corto espacio de tiempo pueden provocarnos quemaduras. Cuando se está expuesto al sol mucho tiempo hay que beber agua de vez en cuando para no deshidratarse. Pero, si al final se produce un descuido y aparecen las fatídicas quemaduras, lo más recomendable es acudir al médico y que sea él quien decida los medicamentos y medidas a tomar. De todos modos, nada más descubrirlas hay que refrescar la zona dañada con compresas de agua fría. A las ampollas, lo mejor es dejarlas tranquilas; en ningún caso deben pincharse. Tampoco hay que tocarlas con las manos. Para las quemaduras leves existen cremas hidratantes que le van muy bien a la piel pero, lo mejor es que sea el médico quien decida. Y un último consejo: por nada del mundo se ponga a tomar el sol entre las 11 de la mañana y las cuatro de la tarde; en esas horas es muy peligroso.
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