Las intoxicaciones se pueden evitar

A mayor temperatura, más bacterias; más peligro de que se estropeen los alimentos. Por eso hay que poner especial cuidado en su preparación y en su consumo. Las intoxicaciones veraniegas pueden prevenirse tomando precauciones como la de conservar los alimentos en el frigorífico, incluso aquellos que están ya cocinados. Otra medida importante es procurar que el tiempo que transcurra entre la preparación de los mismos y su consumo sea el menor posible, especialmente en el caso de las comidas que contengan huevo; ya sea en forma de mayonesa, tortilla, cremas pasteleras, etc. "El huevo crudo en estas fechas está totalmente prohibido; lo que procede es tomarlo bien cocido. Eso de pasarlo sólo por agua no tiene sentido, aparte de que muchos de sus nutrientes se pierden porque no los asimila bien el organismo", explica el endocrino Pedro Pablo García Luna. E insiste en recordar que las mayonesas no deben tomarse fuera de casa en estas fechas; y las que se hacen en el hogar, "no deben guardarse si no se consumen". Las verduras y ensaladas hay que lavarlas bien con agua en la que se han vertido previamente unas gotas de lejía comestible. Se dejarán así varios minutos. La fruta, en cambio, lo mejor es pelarla. Los síntomas más frecuentes de las intoxicaciones son las diarreas y los vómitos. El mayor peligro es que se pierden gran cantidad de sales minerales y de agua con lo que puede producirse una deshidratación. Vaya al médico, pero, al menor síntoma, impóngase una dieta para recuperar la pérdida de agua y las sales. No tome alimentos sólidos; beba pequeñas cantidades de líquido, (agua, infusiones) con frecuencia. Pero si al final no fue al médico porque comenzó a sentirse mejor, empiece a tomar ya alimentos sólidos: sopa de arroz o de zanahoria, yogur, leche mezclada con agua, pulpa de manzana rallada...