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Los paramilitares matan a un hombre en Belfast

Un hombre de unos treinta años fue asesinado el sábado por la noche en Belfast por un grupo de paramilitares, según anunció la policía del Ulster. El ataque fue explicado por las fuerzas de seguridad como un arreglo de cuentas.La víctima se encontraba en su casa con su mujer y su hija de dos semanas cuando, hacia la medianoche, cinco hombres entraron en su apartamento, le sacaron fuera y le dispararon en las rodillas, un método que utilizan con frecuencia los paramilitares para castigar a sus elementos disidentes, según la policía.

Antes de huir, los agresores arrancaron el teléfono y obligaron a la esposa de la víctima a salir en busca de ayuda. Cuando la ambulancia llegó al hospital con la víctima del ataque, era ya demasiado tarde.

Mientras tanto, los protestantes de la Orden de Orange y los católicos de Portadown, en el centro del Ulster, concluyeron en la noche del sábado al domingo una nueva ronda de negociaciones sobre el polémico desfile orangista de Dumcree. Después de casi quince horas, "se han realizado avances, pero no hemos sido capaces de llegar a un acuerdo", reconocía el comunicado que puso fin a la reunión.

Está previsto que mañana continúen las negociaciones, que comenzaron el pasado sábado y que en esta ocasión han sido calificadas de "constructivas" por los representantes católicos.

Protestantes y católicos no negocian directamente, sino con la presencia de intermediarios que actúan en nombre del primer ministro británico, Tony Blair. El objetivo es llegar a un acuerdo para los próximos años que evite los incidentes que habitualmente se producen en el curso de la marcha protestante de Dumcree.

La conmemoración de la batalla que hace 300 años dio la victoria a los protestantes del rey Guillermo de Orange sobre los católicos tuvo este año una jornada dramática el pasado 5 de julio, con la muerte de tres niños católicos cuya casa, en Ballemoney, ardió como consecuencia de un incendio intencionado atribuido a elementos protestantes. Siete sospechosos de haber causado el incendio siguen detenidos por la policía. El suceso conmovió a las dos comunidades de Irlanda del Norte y alteró seriamente el proceso de paz en curso.

Además, la muerte de los tres niños hizo que los orangistas concentrados en Dumcree a la espera del permiso para celebrar su desfile anual se disolvieran casi por completo. Todavía siguen en el lugar un puñado de manifestantes. Mientras, algunos dirigentes de la Orden de Orange están dimitiendo de sus cargos porque entienden que la organización ha alcanzado un nivel de politización inaceptable.

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