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"Nadie cojea en el agua"

No se jueguen ni un café con ellos. Las sillas de ruedas, muletas y prótesis les dan un cierto aire desvalido, pero en cuanto se sumergen en el agua de la piscina se comportan como flechas acuáticas. Para ganarle la apuesta a la aragonesa María Teresa Perales, una joven parapléjica, hay que nadar los 50 metros mariposa en menos de 56 segundos y para batir al gallego Pablo Cimadevila, que sufre parálisis en ambas piernas, debería acabar la misma prueba en menos de 42 segundos. Estos bólidos anfibios han vuelto a burlar al cronómetro en el XXVIII Campeonato de España de Natación para Minusválidos Físicos y Paralíticos Cerebrales, celebrado este fin de semana en la piscina de Mislata. Cuando el último nadador salió del agua se habían batido 21 récords nacionales. Los nadadores valencianos aprovecharon el aliento del público para colgarse 44 medallas. El más acaparador fue Ricardo Ten, un nadador de Benimámet de 22 años. Se ha llevado siete medallas y se ha quedado a cuatro décimas del récord del mundo de los 100 metros braza, que posee él mismo. A los ocho años tocó un cable de alta tensión y le amputaron los dos brazos. Pero hace cinco años descubrió la natación y ahora se ha convertido en un devorador de kilómetros (llega a nadar una treintena a la semana) y un coleccionista de récords y medallas. "Los paralíticos cerebrales queremos salir en las páginas de deportes, no en las de sucesos o servicios sociales", reivindica Pedro Úbeda, un joven de Rocafort, de 25 años, flamante campeón de 50 metros espalda. Lleva 11 años compitiendo y participó en los Paralímpicos de Barcelona y Atlanta. En algunas concentraciones de nadadores de élite, organizadas en piscinas públicas, tiene que decirle a los niños que le escrutan con miradas desconfiadas que "no se salgan" del agua y naden con él. El canario Oliver Denís, de 20 años, nació con parálisis cerebral y se desplaza con silla de ruedas. ¿Estaba satisfecho el sábado con sus cuatro medallas de oro y sus dos récords de España? Pues no, tenía que ganar una quinta medalla de oro el domingo para que lo seleccionaran para el Mundial de Nueva Zelanda. Y la logró. "La gente cree que somos un grupo de cojos con barriga que venimos a remojarnos y de eso nada, sólo nos llevan a un Mundial si estamos entre los cinco mejores del planeta", aclaraba el gallego Cimadevila, que fue atropellado por un coche a los cuatro años. Se lleva cinco medallas de oro y cuatro plusmarcas nacionales. Pedro Tornero, un extremeño de 19 años sufre una cojera desde que nació. Sin embargo, en su comunidad sólo hay dos nadadores más rápidos que él en los 400 y 1.500 metros libres. Para él es algo normal: "Nadie cojea en el agua".

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