Guidoni critica que en el juicio de Marey se haya ignorado "la vertiente francesa"

El embajador de Francia en España entre 1983 y 1985, Pierre Guidoni, se mostró ayer "estupefacto" por que el proceso de los GAL "haya ignorado la vertiente francesa" del contexto político, diplomático y policial en el que se produjeron los asesinatos. A su juicio, es "incomprensible" que los jueces, el fiscal, las defensas y las acusaciones hayan prescindido de "unos testimonios y datos claves para poder establecer el calendario riguroso de los acontecimientos y juzgar las actitudes de los procesados".

Actual secretario general del Partido Socialista Francés (PSF) en Asuntos Internacionales y observador atento de la vida española, Guidoni, amigo de Felipe González, transmitió a este diario sus impresiones como testigo privilegiado de la época y coautor de los pactos que anudaron la colaboración francesa contra ETA.

"Ahora que ha terminado el proceso, no puedo resistirme a expresar mi sorpresa por que la Justicia española", indicó, "no haya enviado una comisión rogatoria a Francia para acreditar las fechas y recabar los testimonios que demuestran la falsedad de la tesis fiscal, según la cual la intervención de los GAL respondió al propósito de forzar a París a comprometerse en la lucha antiterrorista".

"La colaboración, mi hecho"

Según Guidoni, ninguno de los altos dirigentes gubernamentales españoles pudo promover la actuación de los GAL, "puesto que sabían con anterioridad que la colaboración era ya un hecho y que el inicio de los asesinatos iba a arruinar en buena medida, como así fue, las operaciones policiales en marcha". En su opinión, la gran redada francesa de primeros de enero de 1994 "fue un éxito a medias porque parte de los jefes de ETA habían abandonado sus domicilios por temor a los GAL".

Guidoni sostuvo que, por medicación del suyo, inició las conversaciones con el Gobierno español "a primeros de septiembre de 1983" y que el acuerdo al que llegó con González, "en La Moncloa, el 24 de noviembre, 10 días antes del secuestro de Segundo Marey", se produjo "tras una conversación telefónica que González mantuvo con François Mitterrand". Según él, González y Mitterrand lo cerraron definitivamente en una cena a solas en El Elíseo el 20 de diciembre. "Lo importante es que José Barrionuevo y Rafael Vera estaban al corriente de todo y que, por el contrario, otras personas lo ignoraban, dado el secreto absoluto de las negociaciones", subrayó.

Frente a la tesis fiscal de que el secuestro de Marey respondió al propósito de lograr la liberación de los cuatro geos detenidos en Francia cuando intentaban capturar al activista José María Larretxea, Guidoni aportó ayer una copia de la orden de puesta en libertad cursada por la Fiscalía del Tribunal de Bayona el 18 de noviembre de 1983. "Vincular ambos hechos es absurdo", dijo tras insistir en que su interés en hacer ahora estas declaraciones se circunscribe a describir los acontecimientos tal y como los vivió. "No soy nadie para opinar sobre el juicio. Sólo pretendo", concluyó, "dar cuenta de los hechos de los que fui testigo".