El Banco Mundial abre una investigación interna sobre corrupción

"El Banco Mundial, que exige rigor y honestidad a los países a los que presta dinero, debe predicar con el ejemplo", afirmó ayer su presidente, James Wolfensohn. Esa idea le ha llevado a suspender a tres empleados de rango medio por posible cobro de comisiones ilegales y a encargar a Price Waterhouse Coopers y Deloitte Touche sendas auditorías de las cuentas de la entidad. "No podemos consentir que nuestra autoridad moral sea puesta en entredicho", recalcó Mark Malloch Brown, vicepresidente.

La noticia de las sanciones a miembros del personal fue difundida ayer por The Washington Post y confirmada por otros medios en fuentes oficiales del Banco Mundial. Los tres empleados de conducta dudosa han sido informados de que sobre ellos pende una investigación y entretanto están suspendidos de empleo y sueldo. De tomar cuerpo las sospechas, el Banco Mundial les acusaría ante los tribunales.Se trata, según un portavoz de la entidad, de "empleados de rango medio de las oficinas centrales en Washington". Otros miembros del personal podrían ser sometidos a investigación en las semanas próximas. En un comunicado a la plantilla de la entidad, Wolfensohn anunció ayer que creará "una línea caliente" para que todos los empleados informen de las posibles irregularidades que conozcan o sospechen.

Uno de los casos investigados es un proyecto financiado con 435.000 dólares por el Banco Mundial en Argelia para el suministro de agua potable. La dirección de la entidad sospecha que un empleado llamado Fritz Rodríguez recibió varios miles de dólares de soborno de un contratista que era vecino suyo y que nunca terminó el trabajo. Rodríguez negó ayer las acusaciones. Otra investigación tiene que ver con el posible mal uso de un fondo relacionado con Japón.

El Banco Mundial presta cada año unos 28.000 millones de dólares a proyectos de desarrollo en países pobres o emergentes, y exige a los Gobiernos que reciben los préstamos una atención particular en la lucha contra la corrupción. La entidad internacional cuenta con 8.600 empleados y tiene sus oficinas centrales en Washington, a poca distancia de la Casa Blanca, que ha sido informada de este asunto a través del departamento del Tesoro. La presidencia de Estados Unidos exhortó ayer al Banco Mundial a resolverlo "firme y completamente".

James Wolfensohn distribuyó ayer un comunicado a la plantilla en el que subrayó que las acusaciones son serias, con independencia de la cantidad de dinero implicada. "El Banco Mundial", recordó, "tiene un compromiso apasionado con la lucha contra el cáncer de la corrupción. Aunque no hay razones para crear que estamos ante un problema generalizado en nuestro seno, hasta un solo caso es demasiado".

No es la primera vez que se descubren casos de corrupción en el Banco Mundial, que comenzó esta investigación la primavera pasada y puso en marcha una unidad especial denominada Comité para el Control de Fraude y la Corrupción. Hace unos años, un empleado fue expulsado y procesado por desfalcar 500.000 dólares.