La obesidad es una grave enfermedad

El especialista Pedro Pablo García Luna, Jefe de la Unidad de Nutrición del Hospital Virgen del Rocío, no habla de cocina mediterránea sino de "estilo mediterráneo", y asegura "que nadie ha sabido captar como los habitantes de los países del entorno de este mar lo importante que es, para gozar de una buena salud, comer bien". La obesidad en verano, explica García Luna, se vive con más angustia que en invierno porque "se ve más"; pero lo primero que hay que tener claro, dice, "es su condición de enfermedad grave y crónica, a la que hay que tratar". Desde un punto de vista médico, la grasa del abdomen es la más peligrosa para la salud. A partir de determinados niveles de gordura hay que tener más cuidado con este problema porque puede provocarnos diabetes, hipertensión, hiperlipemia y enfermedades cardiovasculares. Parar empezar, lo mejor, quizá, es averiguar si uno está gordo. Una simple fórmula nos sacará de dudas: si dividimos los kilogramos de peso por la talla en metros, elevados al cuadrado, obtendremos el Índice de Masa Corporal (IMC). Si éste es superior a 27, es para preocuparse; y en ese caso, lo mejor es acudir al especialista. Ningún alimento es malo per se. Hay que comer de todo con moderación. Lo más recomendable es alimentarse de productos que nacen de la tierra (verduras, frutas, legumbres, etcétera.); luego estarían los que obtenemos del mar y, por último, los que son de origen animal. "Pero, insisto, la cuestión no es prohibir, sino comer con moderación, de forma relajada, sentados, despacio...", explica el endocrino García Luna. Finalmente, las soluciones para evitar y dejar de estar gordos son muy sencillas: la primera es educarse para aprender a comer; la educación nutricional es fundamental. La segunda es el ejercicio físico; todos los médicos coinciden en que el deporte es tan importante como la dieta.