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El BBV pide un ajuste que rebaje el déficit al 1% del PIB en 1999

El director del Servicio de Estudios del Banco Bilbao Vizcaya (BBV), Miguel Sebastián, defendió ayer que el Gobierno debe elaborar un presupuesto restrictivo para el año próximo, que permita colocar el déficit de las administraciones públicas en el 1% del producto interior bruto (PIB), y que fije como objetivo de inflación el 1,2%. El BBV calcula que el coste de la reforma fiscal será de 750.000 millones, casi el doble de lo calculado por el Ejecutivo.

Sebastián, que presentó el informe económico que cada año elabora el BBV, cree que la "evolución de la economía española sigue siendo muy positiva y que la incorporación a la unión económica y monetaria ha sido un éxito del Gobierno y del Banco de España". Sin embargo, el director del Servicio de Estudios del banco vasco ve algunos "nubarrones" en el horizonte sobre los que conviene llamar la atención el horizonte: la inflación y el déficit.Para Sebastián, aunque no hay síntomas inflacionistas preocupantes a corto plazo, es "fundamental" que la economía española inicie un proceso de adaptación a la unión monetaria mediante la fijación de un objetivo de inflación que la equipare a la de los principales países europeos. "Y ello", opina, "debe servir de referencia para los salarios, las pensiones y el resto del gasto público". La previsión de inflación para el conjunto de la unión monetaria es del 1,2%, "y pensamos que el objetivo de precios en España no debería superar esa cifra", dijo Sebastián.

Este control de la inflación debe ir acompañado, según el análisis del BBV, de un presupuesto restrictivo, que asegure una reducción del déficit. El objetivo que marca el BBV en este punto también es ambicioso: el déficit del conjunto de las administraciones públicas en 1999 no debería exceder del 1% del PIB.

¿Qué razones justifican ese presupuesto restrictivo? Sebastián maneja seis razones: porque España no cumple el Pacto de Estabilidad y corre el riesgo de mantener un déficit estructural excesivo; porque la reforma del IRPF va a costar unos 750.000 millones de pesetas (800.000 millones si no se incluye el efecto expansivo que los cambios fiscales tendrán sobre la economía española), casi el doble de lo previsto por el Gobierno del PP (400.000 millones); porque es un buen momento para enfriar la economía; porque puede servir de contrapeso al inevitable proceso de rebaja de tipos por la convergencia; porque el Gobierno va a tener menos margen para variar impuestos como consecuencia de la armonización fiscal y porque los ajustes son menos duros en periodos de auge.

Recortes

El siguiente problema que se plantea es dónde meter la tijera. Sebastián puso sobre la mesa varias soluciones. En primer lugar, defendió que se arbitre alguna fórmula para que las administraciones autonómicas se comprometan en el control del gasto. Reordenar los presupuestos en el campo de la sanidad y vincular los gastos sociales y los sueldos, tanto en el sector público como en el privado, a la inflación europea son otras de las recetas del Servicio de Estudios del BBV para reducir el déficit.En cuanto al gasto en pensiones, Miguel Sebastián defendió que, en el hipotético caso de que la revalorización prevista de las pensiones sea superior a la inflación a final de año, el exceso sea devuelto al Estado. Esa situación se produjo el pasado ejercicio y los pensionistas no tuvieron que devolver ese exceso. "Eso puede volver a repetirse este año. Y el Gobierno podría hacer el descuento si estuviera muy lejos de unas elecciones".

El responsable del Servicio de Estudios del BBV pronostica una fuerte depreciación del del yen, una leve pérdida de gas del dólar y el nacimiento de un euro muy fuerte.

Sebastián no es optimista sobre la evolución de la crisis asiática.Cree que persistirá, debido a que los problemas de Japón se agudizarán.

En cuanto a la evolución de los tipos de interés, los especialistas del Bilbao Vizcaya esperan un ligero repunte en Estados Unidos y que en la zona euro se convergerá en torno al 3,5%.

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