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Tribuna
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Etapa fin de sueño

DE PASADAEl periódico que dirigió entre 1975 y 1978 será centenario el 1 de febrero del 99. Un siglo que acredita a El Correo de Andalucía como decano de la prensa andaluza. El cardenal Spínola, su refundador, paisano de Camarón de la Isla, está ahora en el callejero de este periódico. Concordato de carteros. En cien años, que se dice pronto, a José María Requena le cupo el honor de dar dos de las principales noticias del siglo, acogidas a una excelsa relación causa-efecto. Noticia 1: Franco ha muerto. Noticia 2: El Betis, campeón de la Copa del Rey. Posdata a cuatro columnas: el régimen pierde la Copa del Generalísimo. Y dio otras buenas noticias: el regreso de Tarradellas del exilio, la legalización del Partido Comunista, los pactos de la Moncloa. Requena fue el primer director de carne y hueso que conocimos los que hicimos prácticas en su periódico aquel verano del 77. La rémora de la carne. Pensé en la imagen de Pereira, en esa transubstanciación de los michelines, cuando pasé por el crematorio del cementerio de San Fernando. Alguna recomendación llevará, dirigiendo un periódico que fundó un cardenal, que bendice un arzobispo y que tuvo antes y después de su mandato al cura Javierre como director. Requena cubrió nueve Vueltas ciclistas a España y un Tour de Francia. Fue literato antes que periodista, y figura a mitad de camino cronológico entre Rafael Sánchez Ferlosio y Lucía Echevarría como ganador del premio Nadal. Sevillano de Carmona, sus cuatro primeros hijos nacieron en Bilbao, secuela natalicia de sus tiempos de redactor-jefe en La Gaceta del Norte. El quinto, Rafael, nació en Sevilla. Jacinto Requena, el tercero de la saga, cuenta que su padre dedicó sus últimos meses de vida a una novela a la que sólo le falta el título. Ninguno de los hijos siguió su senda profesional, escaldados del estrés y los sinsabores de un oficio tan maravilloso como cruel. Muy pronto vio florecer la vocación literaria, frenada por su padre, que lo disuadió de estudiar Filosofía por ser carrera de niñas ricas. "Además allí encuentran novio y se casan", dice un personaje de Ernesto Sábato. El verano de Requena y Requenita, su peculiar redactor-jefe. Lo echaron del periódico y volvió a la literatura. Dice Jacinto, su hijo, que se murió a las 12 de la mañana porque de noche siempre estaba alerta. Los tics de quien nunca dejó de ser periodista.

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