NOTA MELODIOSA
Parece que el Mundial de fútbol Francia 98 es un fenómeno omnipresente. El Festival de Jazz de Montreux es fiel testigo de las emociones deportivas. Tanto los espectadores suizos como los de otras nacionalidades estaban listos este fin de semana para ver las semifinales entre Holanda y Croacia, y la gran final entre Brasil y Francia. Durante estos días, Bob Dylan y B.B. King, han tenido problemas para poder retener a sus seguidores, quienes, a pesar de haber pagado su abono entero, estuvieron pendientes de los resultados de los cuartos de final y desatendieron los conciertos de sus estrellas. El chicano Carlos Santana ha bajado de su pedestal y, mezclándose con la masa, ha dicho que este domingo "su corazón latía por Brasil", lo que le acarreó un sinnúmero de simpatías. Pero, calma. Aquí no había hooligans. Claude Nobbs, el director del Festival, dijo que el público de Montreux es "muy gentil, viene por la música y no hay que sembrar el pánico". Montreux se convertía, de esta manera, en una nota melodiosa en medio de los desórdenes registrados en Francia por los de hooligans ingleses y alemanes.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
