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Reportaje:

24 horas 'a toda caña'

60 aficionados compiten durante un día entero en el II Maratón de Pesca de Madrid

Es una de las pruebas de pesca más duras que hay. Se mide la resistencia física y psíquica de los aficionados. Los pescadores no sueltan la caña durante 24 horas. De día aguantan un calor asfixiante bajo un sol implacable. De noche, un clima más fresco facilita el ambiente festivo entre los pescadores. Así discurrió ayer el II Maratón de Pesca de Madrid, que arrancó el sábado al mediodía y concluye hoy a la misma hora. En la prueba, 60 pescadores se apostaron a lo largo de la orilla de la ría del parque Juan Carlos I, en el Campo de las Naciones. Participaron 21 pescadores menos que el año anterior: "Es que muchos ya estaban de vacaciones", explicó Juan Corredera, el presidente de la Federación Madrileña de Pesca, que organiza la competición.El maratón de este año no tiene nada que ver con el del anterior. El año pasado cayó una granizada inesperada que rebajó la temperatura hasta los cuatro grados. El frío cogió desprevenidos a casi todos los participantes y deslució la prueba. Pero ayer los pescadores aguantaron estoicamente una temperatura próxima a los 40 grados durante la jornada. Se protegían del sol bajo sombrillas y gorras. "Pero las picadas de las carpas te ayudan a distraerte de este calor infernal", explicó Ángel López, de 25 años, que pertenece al club La Fortuna de Leganés. Este joven es una de las grandes promesas de los pescadores regionales, según Corredera. López no despegaba la vista de la veleta (corcho que sirve para detectar cuándo pica un pez). A las cuatro de la tarde ya había sacado 15 carpas.

Los pescadores participaron por equipos de tres miembros. "Pescan en turnos de dos horas cada uno", explica Corredera. El sonido de la bocina de los organizadores marca la hora del cambio de pescador, así como el inicio y el final de la prueba. A Jacinto Salcedo, de 46 años y que trabaja en una fábrica de aparatos de aire acondicionado, no le hacía mucha gracia tener que dejar su puesto a su compañero de equipo: "Ahora que le he cogido el truco", se quejaba mientras pegaba un tirón con la caña para clavar un pequeño pez que le había picado. Se trataba de un percasol, un pequeño pez foráneo, parecido a una pequeña piraña, que causa estragos en los cursos naturales en los que vive. "Es muy voraz y acaba con las puestas de huevas del resto de las especies", explica Corredera.

La pesca de noche, prohibida salvo en determinados concursos, es espectacular. "Se ponen veletas luminosas para ver la picada en la oscuridad. En el agua parecen velas flotando", explicó José Ignacio Elvira, que forma parte del Club El Puchero, de Alcorcón, que se ha proclamado este año campeón regional de pesca en agua dulce.

Los pescadores guardaban las capturas vivas en rejones de cinco metros que sumergían en el agua. "Luego se devuelven al agua todos los peces, para el maratón del año que viene", concluyó Corredera.

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