Amargura y alegría
El espíritu con que Croacia y Holanda afrontan el partido por el tercer y cuarto puesto es diametralmente opuesto. Cunde la amargura entre los jugadores y el técnico holandés, Guus Hiddink, después del excelente torneo que han realizado. Para ellos es un trámite que desearían haber evitado.Los balcánicos son felices. Salvo Suker, que pronóstico que Croacia estaría en la final, ni el más optimista habría augurado llegar al partido de consolación. Para ellos loes. Para Holanda, no.
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