Dosis
DE PASADADesde que el Partido Popular gobierna en Madrid los partes de la Guardia Civil sobre aprehensiones de droga se traducen a dosis, una operación matemática que convierte en los titulares de los diarios una cifra modesta, por ejemplo 50 kilos, en no sé cuántos centenares de miles. Nadie ha explicado, sin embargo, a qué equivale una dosis, y si la dosis a que se refieren está convenientemente adulterada o mezclada y en qué proporción. Menos mal que para las incautaciones de tabaco se ha escogido un estadio intermedio, la cajetilla, aunque cualquier día aparecen las aprehensiones en millones de cigarrillos o incluso en billones de hebras. Dividir la unidad en sus partes es un hecho lícito. Basta con disponer de un contable de dosis o de hebras, que los habrá. Sin embargo, los contables de la Guardia Civil no pudieron elevar a más de 2.700 gramos las dos plantitas de marihuana que cortaron en el jardín del concejal de IU Antonio Marín Hernández. Las hojas aún estaban verdes y expuestas al ataque de cualquier gorgojo o mosca blanca. En estas condiciones es injusto extrapolar los gramos a dosis. Además, los 2.700 gramos ¿eran netos o brutos? Un par de plantas de marihuana son en realidad un residuo de cierta educación sentimental -igual que otros siguen yendo todos los domingos a misa- y difícilmente se puede acriminar una metáfora. Las metáforas sentimentales de Marín tienen gran predicamento en Izquierda Unida. Es más, muchos compañeros y amigos de Marín quemaron en sus tiempos algún cigarrillo mezclado de metáforas y cuando se enteraron de la noticia no pudieron evitar una sonrisa tierna, comprensiva. ¿Quién no? ¿Qué fue de aquellos tiempos ingenuos en que las macetas de marihuana requerían no ya humedad sino incluso de cierta música para prosperar con más aprovechamiento? ¡Residuos sentimentales contra la salud pública! ¡Qué cosas tan rara impugna la ley! Los gustos actuales, sin embargo, ensalzan las películas con finales felices y el comedimiento. Por ejemplo, Isabel Sartorius, la responsable de relaciones públicas de la Fundación Puleva. La cronista social Belén Lezama la describía como "moderadamente alta, discretamente elegante y sorprendentemente tímida". Una metáfora de la leche semidesnatada. ALEJANDRO V. GARCÍA
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