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Áreas de autopista: servicios muy especiales

El lector, que se considera poco afortunado, paró en el área de Lleida de la A-2 a las 22.30 horas del último domingo de junio. Quería comer algo rápido y seguir viaje hasta su destino. "Aunque por precio las áreas de autopista parecen restaurantes de lujo, no son especialmente cómodas", comenta, antes de explicar su propia experiencia: la barra del bar estaba cerrada, el suelo apestaba, dice, a lejía; también estaba cerrada la tienda en la que hubiera podido comprar agua mineral a precio de vino de Rioja; fue al servicio y le pareció sucio, además de muy caluroso ya que no funcionaba el aire acondicionado. Y el área de reposo le ofrecía un autoservicio donde, asegura, había bocadillos de un único sabor: jamón serrano, además, eso sí, de platos más o menos elaborados, más o menos apetitoso. No había, añade, yogures. Hasta ahí sus palabras. Un portavoz de ACESA, empresa que tiene la concesión de la autopista y que, a su vez, ha otorgado una concesión del área de servicio, rechaza casi todas las afirmaciones del lector. Los responsables del establecimiento, asegura el portavoz, dicen que los empleados de la limpieza no usan lejía más que en los lavabos. Niegan que estuvieran sucios ("se limpian cada media hora") e incluso que no funcionara la refrigeración, aunque sí aceptan que estaba averiada en la zona de bar (que el lector no frecuentó, al estar cerrada). La tienda y el bar cierran a las 21.30 horas, pero queda abierto, sigue el portavoz, el autoservicio, donde si el cliente no encuentra lo que desea, puede pedir lo que se le ocurra y comer a la carta. Respecto al precio del agua, el portavoz recuerda que se trata de precios de mercado. El lector admite que no tiene forma humana, salvo el aval de su mujer, que le acompañaba, de demostrar que lo que dice es verdad. Es su palabra contra la de los responsables del área de servicio. Y apela a la experiencia de los lectores para que decidan quién se acerca más a un relato pormenorizado de los hechos. Sí quiere apostillar la afirmación de que el precio del agua es de mercado en las tiendas de autopistas. Tras señalar que el precio es hasta cinco veces superior al que se paga fuera de las vías de peaje, recuerda que la concesión está hecha en régimen de monopolio.

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