Los pobres, segregados; los ricos, en helicóptero
La ciudad difusa no sólo plantea problemas de movilidad y sostenibilidad ecológica. También plantea, según Oriol Nel.lo, problemas de cohesión social y gobernabilidad. En el taller sobre escenarios de futuro para la ciudad de Barcelona, se evocó la película Blade Runner y su macrocosmos ingobernable y putrefacto; pero hay otra película que dibuja un escenario mucho más realista y perfectamente actual: Gran Canyon. La ciudad de Los Ángeles aparece como una urbe profundamente segregada, donde los ricos viven constreñidos en sus burbujas de opulencia y no se atreven a salir de ellas porque puede ocurrirles de todo. Pero ya ahora, en la ciudad de Río de Janeiro, los ricos viajan en helicóptero. Las urbanizaciones de lujo, como las cerraditas del gran México DF, están blindadas por ejércitos privados, tienen helipuertos y el tráfico aéreo ha crecido tanto, que hasta se han producido accidentes en el aire. El ruido es insoportable. "A diferencia de las grandes metrópolis norteamericanas, en el área de Barcelona no observamos aún procesos de polarización social. Continúan fortaleciéndose las capas medias. Pero es evidente que una ciudad más difusa tiende a la especialización y, potencialmente, a la segregación social, algo que hemos de evitar a toda costa". Pero invertir el proceso implica un cambio político sustancial. En primer lugar, debe articularse un mecanismo de gobierno en el que los distintos municipios y organismos sociales puedan dirimir democráticamente los conflictos de intereses. "Barcelona ha de renunciar a decir a los demás qué han de hacer, y cada municipio ha de entender que debe renunciar a una parte de su soberanía para compartir las decisiones con los demás", afirma Oriol Nel.lo. Resolver la representación política del área metropolitana y dotarla de instrumentos de planificación urbanística adecuados a las nuevas necesidades es el primer paso y el más importante, según todos los expertos, porque en los próximos años se han de adoptar decisiones absolutamente estratégicas. Barcelona y su área afrontan, según el taller de futuro, un importante desafío, y como todos los retos, es de naturaleza dual: representa al mismo tiempo un riesgo y una oportunidad. Depende del camino que se tome.
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