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La viuda de Ordóñez acusa a los políticos de eludir su responsabilidad

Maribel Marín Yarza

Ana Iríbar, viuda de Gregorio Ordóñez, concejal del PP asesinado por ETA y presidenta de la fundación que lleva su nombre, lanzó ayer una dura crítica contra la clase política que "no asume responsabilidades ni cumple sus pactos", y denunció la falta de unidad de los demócratas frente al terrorismo. "Ahora, cuando el pacto es apenas algo más de nuestro folclore, la violencia calculada de ETA es un instrumento eficaz de división de los demócratas", dijo

Iríbar lanzó sus acusaciones durante el acto de entrega al pueblo de Ermua del premio de la Fundación que preside para distinguir el comportamiento de esa población tras el asesinato del concejal popular, Miguel Ángel Blanco. Iríbar apreció un paso atrás desde las manifestaciones en las que la ciudadanía alzó su voz tras el asesinato de Blanco.El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, quiso estar presente en el homenaje a Ermua por su movilización ante el secuestro y posterior asesinato el 12 de julio del año pasado de Miguel Ángel Blanco. "Gregorio", dijo el ministro, "fue un anticipo del espíritu de Ermua. Se atrevió a decir en su actividad política lo que la sociedad en su conjunto manifestó en julio del año pasado". El alcalde de esta localidad, Carlos Totorika (PSE-EE), recogió el premio, simbolizado en una escultura del artista Antonio Mendizábal, lo dedicó a toda la población y llamó a ciudadanos y políticos a la unidad y a la movilización.

Pero más allá de los representantes políticos, el colectivo más representado en el Palacio de Miramar de San Sebastián fue el de las víctimas del terrorismo. Los padres y la hermana de Miguel Ángel Blanco; Cristina Cuesta; Ruben Múgica, hijo del asesinado Fernando Múgica, y Consuelo, la hermana de Gregorio Ordóñez. Antes del acto, Mayor Oreja aseguró que trabaja codo con codo con su homólogo vasco, Juan María Atutxa, para reforzar las medidas de protección de los cargos públicos del PP del País Vasco. Por vez primera apeló a la discreción y tan sólo avanzó la aplicación de medidas complementarias "en aquellos casos en que se aprecie un sentimiento especial de inseguridad". Porque la seguridad, dijo, "no puede garantizarse al cien por cien".

Los titulares de Interior han estrechado los lazos de trabajo desde que el pasado día 25 de junio ETA asesinara en Rentería al concejal del PP, Manuel Zamarreño, el séptimo edil de este partido que muere víctima de la violencia terrorista.

El miedo por la suerte que pueden correr los cargos públicos de esta formación en el País Vasco y el abandono que han protagonizado algunos de ellos se ha traducido durante los últimos días en reuniones del ministro con los cargos de su partido. Pero también en un estudio conjunto con la consejería de Interior vasca para tratar de esquivar la violencia terrorista a través de mayores medidas de seguridad.

Atutxa ya lo dijo tras el asesinato de Zamarreño: "la escolta no es una panacea". Pero siempre cabe, tal y como precisó ayer Mayor Oreja, tomar mayores medidas de precaución. "La voluntad del señor Atutxa es inequívoca", señaló, "vamos a estudiar caso por caso de qué forma podemos complementar la seguridad". El ministro también reconoció que existe un límite y que no se pueden cubrir todos los frentes "al cien por cien".

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Por ahora, los distintos informes elaborados al efecto se están finalizando y servirán para ofrecer algo de aliento a los cargos públicos del PP, que viven una situación "muy difícil", en palabras del propio ministro. "Pienso que no hay que esconderlo ni engañar a la sociedad". El titular de Interior aseguró haber visto en todas las reuniones "dentro del dolor y la dificultad" que existe "una capacidad de resistencia, una esperanza y una ilusión para seguir en esta difícil tarea. Ése es un sentimiento casi unánime".

Las palabras de Mayor Oreja tuvieron su verificación en la actitud del concejal del PP en Irún, Borja Semper. El edil dejó su miedo de lado para ratificarse en que jamás ha pensado en abandonar el País Vasco. Se brindó para defender la libertad y la democracia "hasta que los que sobren sean los terroristas y quienes les respaldan". No obstante, a pesar de declaraciones como ésta existen "casos concretos", según mayor Oreja, en los que la concurrencia de "razones personales y familiares" llevan a otros cargos electos populares "a un cierto abandono de sus responsabilidades". Insistió en que son la excepción e hizo extensivo a todos ellos su "afecto, respeto y comprensión".

Mientras, ayer hubo que sumar otra víctima de las amenazas de la banda terrorista: el alcalde de la localidad navarra de Burlada, José Luis Góngora (UPN). En su municipio aparecieron pintadas que rezan: "Góngora, tú eres el próximo. Gora ETA".

En Mundaka (Vizcaya) fueron desalojados los vecinos de dos inmuebles, a cuyas fachadas afectó el fuego de varios artefactos incendiarios lanzados por un grupo de encapuchados. Los saboteadores incendiaron el coche de un ertzaina con gasolina, y las llamas se extendieron por la fachada de un bloque de viviendas, sin que se produjeran heridos.

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