Elegir el destino
... El penalti golpea en el palo mil veces, como una ametralladora, en el cerebro de Di Biagio. Jugar es estar en la frontera de la alegría y la tristeza. Jugar es vivir... Me gusta suponer que los jugadores de la selección italiana volvieron a su país sentados en la parte de atrás del avión. Todos atrás. Admiro el fútbol italiano por muchas cosas, también por la grandiosa teatralización de las cosas insignificantes. Si un hombre no sale de casa porque le resulta cómodo, vive sin aventuras para no asumir riesgos y se aferra a una rutina para sentirse seguro, su elección es respetable. El día que ese hombre se muere de nada hay que hacerle el dudoso homenaje de la compasión: "pobre hombre". Italia jugó a sobrevivir, murió como eligió y resulta que se lo despide como a un héroe azotado por el destino. El destino no cuenta cuando se puede elegir.... Acepto que el hombre que no se enamoraba para no sentir tuvo momentos conmovedores. Cannavaro dio una lección de vida al caer lesionado y mantenerse en la cancha como un león. Después del partido, un periodista italiano que clasificaba el comportamiento de sus jugadores del 1 al 10, le puso un 11 al león herido. Si el fútbol es un juego de defensa y ataque en el que hay que quitarle la pelota a un contrario para dársela a un compañero, la nota es muy generosa. Cannavaro hizo un 50% de lo que el fútbol exige, por lo tanto le vamos a dar un puntuación de 5,5. Ustedes dirán que es un defensa, pero yo les contesto que esa función la premiamos por encima de la perfección: ¡un 11! Por lo tanto un 5,5 para Cannavaro y no se admiten más reclamaciones.
... Dice con razón Marcelo Bielsa que como Italia pierde por poco "nunca revisa su proyecto". Lo cierto es que su excelencia defensiva hace que desde el Mundial del 82 no gane. Puesto que cuando obtiene grandes logros se habla de la inteligencia táctica como un factor preponderante, como si el resto del mundo fuera ingenuo, yo me voy a permitir decir que a veces abusan de la inteligencia.
