Almunia alerta de un "desgarro" del sistema democrático desde 1993

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, aseguró ayer en Girona, donde pronunció la conferencia Constitución, democracia, Europa, que los últimos cinco años de vida constitucional "han supuesto un desgarro cierto del normal discurrir del sistema democrático", cuyo origen situó en la derrota electoral del PP en 1993, informa Europa Press.Para Almunia, en este periodo se ha visto un "cierto agotamiento" de la vitalidad de la democracia. En su opinión, el inicio de esta tendencia coincide "con la frustración generada en quienes esperaban ganar las elecciones de 1993 y en la noche electoral comprobaron que los ciudadanos les habían dado una vez más la espalda".

El secretario general de PSOE opinó que "se han roto los límites de la acción política" como consecuencia del clima propiciado por la falta de mayorías parlamentarias o suficientes por parte de un solo partido. "Se han abandonado las formas democráticas. Ha habido, incluso, quien ha reconocido que se ha jugado con la estabilidad del Estado democrático", dijo.

Este proceso, en opinión de Almunia, se ha agravado en los dos últimos años. "Tras momentos iniciales en los que parecía que la satisfacción por el triunfo calmaba las tentaciones desestabilizadoras de algún sector particularmente duro del PP y de algunos medios de opinión, el deterioro del sistema democrático se agravó", dijo Almunia, quien agregó que la democracia se resiente "cuando se reclama un Estado mínimo, cuando se exige el desarme del Estado, cuando se pide el desmantelamiento de lo público y cuando se deslegitima la acción de los poderes públicos".

En este sentido, quiso destacar que también la democracia se resiente "cuando las servidumbres de tecnopolítica y videopolítica llevan a ignorar las opciones ideológicas para atender a la telegenia policía, cuando no se necesita poseer convicciones sino multiplicar apariciones, cuando el discurso político se transforma en lucha por la audiencia, cuando el principal apoyo de los políticos son sus agentes de prensa y cuando prima la imagen sobre la idea".

Almunia abogó por "un radicalismo democrático que reforme el Estado y la Administración, revise radicalmente la Justicia, opte por la eficacia del principio de subsidiariedad, modifique la estructura, funcionamiento y financiación de los partidos, amplíe los límites de la democracia en el mundo laboral, cultural o económico, y desarrolle los derechos cívicos".