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El presidente de la Sala Segunda del Supremo pide amparo frente a la "campaña de "El Mundo"

El presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, José Jiménez Villarejo, ha dirigido un escrito al presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en el que solicita el amparo de ese organismo para el magistrado Enrique Bacigalupo Zapater, y para la Sala que él mismo preside, por considerar que su independencia en el ejercicio de sus funciones está amenazada. Jiménez Villarejo considera que un artículo publicado el jueves por El Mundo se inscribe en una "planificada campaña orientada a deslegitimar ante la opinión pública a un magistrado sin tacha".

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En el escrito dirigido el mismo jueves al presidente del Consejo, Javier Delgado Barrio, Jiménez Villarejo señala que en el artículo citado "manipulando toscamente medias verdades y abiertas falsedades" se "niega la imparcialidad del magistrado" Enrique Bacigalupo en relación con el caso por prevaricación contra el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño. Además "[el periodista] se permite sostener, desde una peculiar interpretación del artículo 219 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que el citado magistrado tiene el deber de abstenerse de conocer dicho asunto".El presidente de la Sala Segunda asegura que no cuestiona el derecho del periodista a escribir lo que le plazca. "El ejercicio de los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones y a comunicar o recibir libremente información veraz, que la Constitución Española reconoce y protege en su artículo 20", dice el escrito, "es tan imprescindible para la sociedad democrática que merece la pena soportar, hasta un punto que no es el caso de precisar en este momento, excesos y abusos de la más diversa índole".

Planificada campaña

"No obstante", agrega el texto del escrito, "ante un artículo periodístico que claramente se inscribe en una planificada campaña orientada a deslegitimar ante la opinión pública a un magistrado sin tacha, y en última instancia, a conseguir su apartamiento de un determinado proceso -acaso porque quienes dirigen la campaña piensan que el imparcial criterio del magistrado no favorecerá ciertos intereses- considero mi deber como presidente de esta Sala, solicitar de ese Consejo General amparo, no sólo para el buen nombre del Sr. Bacigalupo Zapater, sino también para la independencia de esta Sala en el ejercicio de su función, amenazada con frecuencia por campañas como la reflejada en el artículo en cuestión".El magistrado agrega que uno de los presupuestos para esa independencia es que la composición de los tribunales se rija por normas y criterios objetivos, "libres de interesadas presiones y, muy especialmente, de las que pretendan ejercerse mediante injustas y maliciosas imputaciones dirigidas contra los magistrados que deben integrarlos".

En un artículo titulado Un magistrado del Supremo que juzgará a Liaño enviaba clientes al abogado de Polanco, firmado por el adjunto al director de El Mundo Casimiro G. Abadillo, el citado rotativo destacaba que Bacigalupo mantuvo durante años una estrecha relación con el abogado Antonio González Cuéllar, que participó en el equipo jurídico que defendió al presidente de PRISA y EL PAÍS, Jesús de Polanco, en las actuaciones que el juez Javier Gómez de Liaño instruyó sobre Sogecable, y que ahora interviene como acusador en el proceso en el que el citado juez ha sido procesado por tres delitos de prevaricación.

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La relación entre Bacigalupo y González Cuéllar, según el artículo de El Mundo, no se limitó al respaldo personal, sino que se trasladó al terreno profesional. Gónzalez Cuéllar era socio en el bufete de Mariano Gómez de Liaño (hermano del juez procesado y que en la actualidad está siendo juzgado junto con Mario Conde en el caso Banesto) y llevó al despacho varios asuntos de clientes recomendados por Bacigalupo.

El citado periódico agrega que González Cuéllar llegó a recabar en 1995 el apoyo de Javier Gómez de Liaño, que en aquella época era vocal del Consejo General del Poder Judicial,para que Bacigalupo fuera nombrado presidente de la Sala Segunda del Supremo, lo que no consiguió y que el propio Bacigalupo también contactó con Liaño con ese fin. El diario señala que Gómez de Liaño no votó a Bacigalupo, sino que se decantó por el que finalmente sería nombrado presidente de la Sala, Fernando Cotta. [Fernando Cotta y Márquez de Prado, ya jubilado, es tío de la compañera sentimental de Gómez de Liaño, la fiscal María Dolores Márquez de Prado].

El artículo de El Mundo señala que los jueces, "como la mujer del César, tienen que ser imparciales y parecerlo" y reclama la abstención de Bacigalupo en el caso Liaño. El magistrado es uno de los miembros de la Sala Segunda que admitió a trámite la querella por prevaricación.

El abogado Antonio Gónzález Cuéllar, que es fiscal en excedencia, desmintió ayer la realidad de las informaciones publicadas por El Mundo.

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