El World Music de Getafe conjuga aires celtas, ritmos orientales y buen 'acid-jazz'
La miscelánea de culturas y sonidos que suscita el V Festival Internacional de World Music de Getafe se acentúa este fin de semana en tres escenarios distintos. El teatro Federico García Lorca (Ramón y Cajal, 22) da la bienvenida al percusionista hindú Tapan Battacharya y al guitarrista Balen López de Munaín; el hospital de San José (Hospitalillo San José, s/n) presta cobijo al melancólico piano de José María de la Rosa, el jazz vibrante de Prince of Time y el cosmopolitismo de los andaluces Caravasar. Además, el solar de la avenida del General Palacio invita al brinco desinhibido y el sorbo mesurado con la Fiesta Gaélica, por la que desfilan los asturianos Brenga Astur y Llan de Cubel y los gallegos de Na Lúa.La cita de esta noche (22.00) con Battacharya es una apuesta de los programadores tan arriesgada como atractiva. Este joven intérprete de tabla se hace acompañar por voz, armonio, sitar y las sugerentes danzas de Indrani Saha Chowdhury. Sus bailes corresponden al kathak, la danza clásica del norte de la India, famosa por sus desplantes preñados de bravura. La alternativa la constituye el lánguido pianista José María de la Rosa (23.00), al que Javier Paxariño apadrinó en su álbum de estreno, Thauma. Y en el festín celta se suceden las actuaciones de los voluntariosos Brenga Astur, debutantes con su trabajo Raigaños celtes, y los mucho más convincentes Llan de Cubell, acaso la mejor banda asturiana de música tradicional.
Los amantes del jazz con reminiscencias de soul, rhythm and blues y demás géneros negroides pueden disfrutar, mañana, con Prince of Time (23.00), una banda hispano-norteamericana que lleva muchos años llenando el Jamboree barcelonés. La referencia celta del día es la de Na Lúa (24.00), uno de los grupos más veteranos y solventes de la escena gallega, y con un último disco (Os tempos son chegados) que se encuentra entre lo más florido de su discografía. Las emociones del fin de semana concluyen con Caravasar (22.00), cuyo primer disco ya está en la calle. Su música, henchida de melodías de inspiración oriental, se sostiene en una sólida sección de exóticas percusiones. Todos los conciertos cuestan 1.000 pesetas, excepto los del festival celta, que son gratuitos.
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