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Reportaje:

Informática a la carta

Hace 25 años crear en España una empresa de tecnología de la información era poco más que una locura para alguien a quien por lo menos no le sobrara el dinero. Hoy, con la perspectiva que da el paso de un cuarto de siglo, Ibermática, SA, con sede social en San Sebastián, ha demostrado que se acertó y se ha convertido en una de las empresas líderes en España en el llamado sector de consultoría y servicios informáticos. "Ibermática nace de una idea de Entel, una filial de telefónica con el propósito de usar la línea de teléfono no solo para transmitir voz, sino también datos. Así se crearon Ibermáticas locales en Zaragoza, Guipúzcoa y Levante", asegura Nieves Sarria, directora de la empresa. Estas sociedades nacían con un capital repartido al 50% entre las cajas de ahorros locales y Entel, con el objetivo de dar servicio a los socios. El cambio de presidente en Telefónica paró el proceso de constituciones y el tiempo hizo que de todas la ibermáticas de comienzos de los años ochenta sólo sobreviviera la guipuzcoana. La necesidad de masa crítica, de dinero para poder desarrollar el negocio, hizo que Ibermatica Guipúzcoa se transformara en Ibermática Norte y diera entrada en su capital a Caja Pamplona y Caja Burgos. A finales de los años setenta los responsables de la empresa se dan cuenta de que estar sólo en San Sebastián es completamente insuficiente para satisfacer a sus clientes. Así comienza un proceso de aperturas que se inicia en Bilbao en 1979 y sigue en Madrid en 1981 y Barcelona en 1982. En estos años Ibermática, que poco a poco comenzó a ampliar sus servicios a los clientes, absorbió a Ibermática Zaragoza. "Fueron unos años de un crecimiento desorbitado en el que pese, a las entrada de consultoras y constructores de ordenadores, la crisis ni se notó", apunta Sarria. La decisión de abrir nuevos centros no fue fácil. El socio tecnológico, entonces Entel, tenía cierta desconfianza. "Recuerdo que un día en la estación, cuando el director de Entel iba a coger el tren para Madrid, le pregunté qué le parecía la ampliación de los mercados. Me contestó con un chiste: "Era un fraile que llegó a un convento para que le dieran alojamiento y pidió con tranquilidad y mucha humildad un clavito para colgar su ropa. Pasó el tiempo y pidió también son mucha suavidad un armario. Con el tiempo se hizo con todo el convento". Lo veían como una amenaza y al final no lo era. Sin ser empresa nacional Ibermática no hubiera salido adelante", comenta Sarria. Los años noventa se presentaban como buenos, sin embargo, la entrada de multinacionales y el hecho de que el mercado estaba maduro supuso un serio revés para el sector. Ibermática en esta época terminó su periodo de consolidación con la apertura de oficinas. Fueron estos años también los de la ruptura de Ibermática con una buena parte de su pasado. Entel en 1989 se había convertido en Eritel, fruto de su fusión con Eria, empresa del Instituto Nacional de Industria (INI). Un cambio que supuso todo un giro en las relaciones con su casa matriz que se culminaría en diciembre de 1993 con su salida del capital. Eritel se quería hacer con la mayoría del capital y el resto de los socios no lo aceptaba. Su salida provocó la entrada de IBM España. Hoy las participaciones en la empresa están repartidas en un 38,6% para la Kutxa, un 31,48% IBM, un 9,65% Caja del Círculo de Burgos, un 9,65% Caja Municipal de Pamplona, un 0,97% Caja de Jaen, porcentaje que adquirió en 1988 cuando entró de cliente, y un 9,65% de Caja Vital, participación que compró a IBM en 1996. La entrada de la Vital fue consecuencia de la creación por ésta, Kutxa e Ibermática la empresa de servicios, Servimática. El cliente y el producto de Ibermática han ido cambiando con los años. Las ventas de 1997 alcanzaron los 8.800 millones de pesetas y este año esperan llegar a los 11.000 aumentando la cartera de clientes. Su producto, de plena elaboración propia, siempre está relacionado con la solución de necesidades informáticas. Sus clientes esenciales, casi el 50%, son el sector financiero y los seguros -del BBV a Kutxa, Sanitas o Catalana Occidental-. El resto de los porcentajes corresponden casi a partes iguales a la Administración, la industria y los servicios, con clientes como Eroski, Osakidetza, la Universidad de Salamanca o la compañía Iberia. Un servicio que prestan lo 840 empleados, un 83% de ellos titulados universitarios, que forman la plantilla.

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