Nuevo partido, nuevo equipo alemán
México aspira a culminar su remontada ganando al conjunto de Vogts
Lleva utilizados 18 de los 22 jugadores y acaba de decir: "Echo en falta a Sammer". Vogts no da con el equipo, y Alemania avanza en la Copa del Mundo con un ejercicio de voluntarismo tras otro. Al igual que Brasil, la bondad del calendario le ayudó a superar graves disfunciones. El de hoy es otro rival accesible, México, aunque el de Manuel Lapuente es un equipo del que no se conoce ni un solo acto de rendición. Bélgica y Holanda lo saben bien.El último precedente mundialista habla de gran igualdad, y se remonta a 1986 cuando los alemanes sólo pudieron eliminar a los mexicanos en la tanda de penaltis, pues el partido acabó en empate a cero. Hoy, México tiene más carácter que entonces. Es un grupo solidario, muy comprometido y de automatismos memorizados desde el portero hasta el extremo izquierdo. La pegada de Luis Hernández, además, le ha permitido dar un salto de calidad, y al juego aseado ha añadido gol.
Más que al juego o al delantero centro, aunque se llame Bierhoff, Alemania vive agarrada a acciones terminales, a actos de fe de los arietes o a los cabezazos de los centrales. Hoy es Worns, el polivalente zaguero del Bayer Leversuken, el que lleva la bandera de un equipo de pies cuadrados, como ha llegado a decir Beckenbauer.
No tiene Vogts un medio centro, un jugador en la divisoria capaz de llevar el control del partido, y el equipo se disemina de mala manera por los distintos sectores del campo. Incluso echó mano de Matthäus en el partido ante Yugoslavia, para intimidar al contrario. Los cambios constantes del seleccionador han provocado el enfado de gente con tanto peso como son Thon o Möller. También Ziege ha perdido la confianza. La vieja guardia, con Klinsmann y Köhler, aguanta con pundonor. "Habrá que imponer nuestra fuerza física para derrotar a México", anunció Vogts sin escrúpulos. Más asentado está México. Tiene un dispositivo táctico más flexible y más recursos de lo que parece. Lapuente sabe optimizar el capital futbolístico de un equipo muy humano y cuyos rostros más conocidos son el portero Campos, un meta que rivaliza con Chilavert; el medio García Aspe y, sobre todo, el ariete Luis Hernández.
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