El parque científico de Alicante completará un campus de 2,5 millones de metros cuadrados

El proyecto está ultimado, la ejecución se plantea a largo plazo y sería suficiente para dar cobertura al crecimiento potencial previsto para los próximos 30 años. La Universidad de Alicante está pendiente del visto bueno del Ayuntamiento de la ciudad para dar a conocer su iniciativa más ambiciosa: la construcción de un parque científico anexo a sus instalaciones actuales que daría cobertura al tejido productivo del Mediterráneo español, con la habilitación de laboratorios para la formación científica e investigadora con la humanística y tecnológica para atender las necesidades emergentes.

Si los apoyos externos públicos y privados se confirman, el centro que dirige Andrés Pedreño se extendería a lo largo de 2,5 millones de metros cuadrados, frente al millon de metros que ocupa hoy, y configuraría uno de los campus universitarios más modernos de Europa. Dar forma al proyecto no significaría un sobreesfuerzo presupuestario de las arcas públicas: bastaría con la voluntad de la Generalitat de cubrir el déficit docente igualando la inversión media por alumno, lo que se traduciría en unos ingresos de 20.000 millones de pesetas anuales para la Universidad de Alicante. El grueso de la inversión correría por cuenta de la iniciativa privada, aunque el desarrollo del campus estaría siempre dirigido por la autoridad académica. Más de 300 profesionales han trabajado durante el último año para dar forma al futuro parque científico del Mediterráneo, que se promocionará con el nombre de Medparc. El equipo ha cuidado hasta el último detalle, incluida la imagen corporativa del complejo, pero del proyecto ha trascendido poco o nada a la espera de que las autoridades locales acepten la propuesta de recalificar los terrenos necesarios: 1,5 millones de metros cuadrados calificados hoy como suelo rústico, y que deberían pasar a ser considerados como reserva universitaria de uso libre. La esencia del proyecto consiste en configurar un amplio espacio en el que compaginar la actividad docente con la investigadora, abierto al mundo empresarial. Es decir: la investigación aplicada a los procesos de producción y la realización de estudios dirigidos a los diferentes sectores industriales y de servicios, con potenciación de programas de Investigación más Desarrollo y formación de personal especializado. Eso favorecería la inversión privada, de forma que las firmas de tamaño medio, en las que se enmarcan la mayoría de las valencianas, tendrían la posibilidad de sufragar investigaciones para descubrir nuevos materiales y mejorar sus productos y abaratar costes de producción. La Universidad de Alicante, una vez superada la barrera de los 30.000 alumnos, con una plantilla integrada por más de 2.000 personas y un presupuesto anual de 13.000 millones se pesetas, se plantea crecer desde la perspectiva social, rentabilizando el potencial que le otorga el hecho de ser la empresa de mayor calado de la provincia. "Queremos ofrecer la oportunidad de que el potencial endógeno de esta universidad sea productivo", señala el rector Pedreño. Modelo del Reino Unido Para ultimar el proyecto de parque científico se han analizado los diferentes modelos que funcionan hoy en el mundo. Descartado el sistema americano por selectivo y de tecnología inalcanzable hoy en España, se optó por emular los parques científicos que funcionan con éxito en el Reino Unido, anexos siempre a universidades prestigiosas (como el de Oxford), y muy rentables después de haber atraído estructuras empresariales poderosas. Bajo esa concepción, MedParc sería pionero en España, donde hasta el momento se han potenciado los parques tecnológicos como el de Paterna (Valencia), alejados de centros universitarios. Los promotores de la iniciativa parten de la base de que los tejidos industriales tradicionales están necesitados de investigación, innovación, transferencia de tecnología y nuevos materiales. Las empresas, por lo general de recursos limitados, no pueden disponer de laboratorios propios, y de esta forma la Universidad pondría a su disposición las áreas de experimentación industrial y plantas piloto, sin que ello signifique que los centros de fabricación cambien de ubicación. La Administración pública también podría valerse del campus científico para avanzar en programas de desarrollo industrial, estudios medioambientales o sociológicos y análisis científico de cualquier sector productivo. "Estamos en condiciones de iniciar el desarrollo del parque científico más atractivo y sugerente de Europa, punto de referencia en el Mediterráneo español, que al mismo tiempo nos servirá para alcanzar las dimensiones medias de cualquier universidad europea que se precie", afirma Andrés Pedreño. La actuación urbanística propuesta evita que las instalaciones entren en competencia con el crecimiento urbano de Alicante, toda vez que la Universidad de Alicante propone avanzar en sentido contrario, en dirección a las cementeras, incluyendo la propuesta soluciones a barreras geográficas que hoy constituyen serios problemas estructurales y de comunicación.