México vuelve a creer
El equipo norteamericano empata ante Holanda y se clasifica
Pasión, goles, espectáculo, fútbol. Dos equipos ofensivos que tienen el premio de estar en octavos. Sant Etienne acabó siendo una fiesta para Holanda y México. La naranja mecánica puso el fútbol en la primera mitad y el equipo norteamericano la fe en el Mundial y en sí mismo en la segunda. Nunca renunció al ataque pese a ir perdiendo por dos goles desde los primeros compases. Y eso que empató en el descuento sabiendo que el pinchazo de Bélgica ante Corea le mantenía vivo en el Mundial. Por primera vez en su historia, supera la primera fase en Europa. Holanda se fue con un punto de decepción por no haber logrado mantener el impresionante ritmo del primer tiempo. Su apuesta es esa: todo o nada. De momento, le ha valido para ser primero de grupo.Tres minutos, dos disparos a puerta y el primer gol. No necesitó más. Holanda empezó su partido ante México como si fuera una continuación del recital del 5-0 ante Corea. Con la misma facilidad para llegar a puerta, con la misma fluidez para crear ocasiones de gol. "Fuera complejos", rezaba una pancarta de la hinchada mejicana en la grada. México había vencido a Corea y remontado un 0-2 ante Bélgica en 15 minutos, pero ayer se vio completamente desbordada en la primera mitad por la naranja mecánica. Sólo pudo ofrecer un potente disparo de Ramírez que Van der Sar desvió a córner mientras Holanda tocaba el balón, lo acariciaba, buscando huecos, espacios, cansando al contrario para encontrar una rendija hacia puerta. Mexico jugaba con tres arietes y asistía al recital como un convidado de piedra. Hasta que apareció Ronald de Boer: se metió en el área y batió a Campos. Dos goles en 18 minutos. Y pudieron caer más con un cabezazo de Bergkamp a un absurdo fallo de la defensa y con una vaselina de Overmans.
Cocú, en un espléndido estado de forma, pudo marcar el tercer gol nada más iniciarse el segundo tiempo. Pero el disparo lo repelió el portero. Y a partir de ahí México le obligó a cambiar de faz. Contagiado por los gritos de la grada -"¡Sí se puede, sí se puede!", el seleccionador mejicano Manuel Lapuente se la jugó: sustituyó a un defensa por Peláez, un delantero, y potenció su centro del campo. Le salió bien: tardó cinco minutos en marcar.
Los papeles se intercambiaron. México sabía que Bélgica ya empataba pero nunca renunció al ataque. Holanda perdió su posición y acabó saliendo a la contra como único argumento. Picada en su orgullo, con México cada vez más incisiva, Ronald de Boer, Davis y Winter pudieron lograr el tercero. Un partido abierto, casi desbocado. El árbitro anuló un gol a México en el minuto 89 y expulsó a Ramírez por protestar.Pese a jugar con 10, ya en el descuento, Luis Hernández logró el empate. Los jugadores de ambos equipos se felicitaron efusivamente. El fútbol de ataque está en octavos.
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