Blatter pide explicaciones al presidente de los árbitros
"Estoy seguro, una vez más todo el mundo dirá que los africanos nos pasamos el día quejándonos, pero creo sinceramente que fue una decisión injusta". A Oman Biyik, el capitán de Camerún, un árbitro húngaro le anuló un gol legal. Ese tanto habría supuesto la eliminación de Chile y el pase de los Leones Indomables a octavos. A su frase le respondió ayer un titular de Le Monde: "África tiene derecho a quejarse". No fue Camerún el único país africano que cayó eliminado el martes por culpa de un error arbitral. A Marruecos, los Leones del Atlas, le dejó fuera un penalti inventado por un árbitro estadounidense a favor de Noruega contra Brasil. La oportunidad única de tres países africanos en octavos quedó truncada de cuajo. Los cínicos hablan de los intereses comerciales de los patrocinadores, que tienen mucho mejor mercado en Europa y Suramérica que en África. También de una venganza de la FIFA por su tibio apoyo al nuevo presidente, Sepp Blatter, en la votación de hace 20 días.Pero Blatter no escondió la cabeza en un agujero. Con una rapidez inusitada convocó para ayer al escocés David Will, presidente de los árbitros, para pedirle explicaciones. "Comprendo la decepción de Marruecos y Camerún y lamento su eliminación de esa forma porque el continente africano representa un papel preponderante para mí", declaró a France Press.
Incidentes en Camerún
En Yaundé, capital de Camerún, una multitud atacó establecimientos de blancos europeos; en Rabat, las celebraciones por el triunfo de Marruecos sobre Escocia se tornaron inmediatamente en lamentaciones por la victoria injusta de Noruega. Sólo queda Nigeria como representante del continente. Desde que comenzó el Mundial, los jueces han sido, junto a los hooligans y los estafadores de entradas, los protagonistas negativos. Comenzaron benignos y se les llamó al orden enseguida; se pasó en la segunda semana a una epidemia de expulsiones que parece haber remitido después de que se les haya reprendido por ello; y la tercera es la de los penaltis y las polémicas por decisiones injustas. El nivel del arbitraje no está a la altura del desarrollo que ha alcanzado el juego. Incluso la FIFA no está muy de acuerdo con las altas puntuaciones que los observadores han concedido a los árbitros hasta el momento.La preocupación de Blatter podría dar lugar a medidas espectaculares en el arbitraje tras el Mundial. Según avanza Le Monde, Blatter está estudiando la creación de un cuerpo de árbitros de élite para las grandes competiciones. El criterio para su selección no sería geográfico como hasta ahora (cada país tiene varios árbitros de categoría internacional y la FIFA elige a uno de cada federación para el Mundial), sino estrictamente basado en sus niveles de competencia profesional.
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