"Caímos con dos goles estúpidos"

El técnico de Inglaterra, Glenn Hoddle, manifestó ayer al término del encuentro que su equipo sucumbió "por dos goles estúpidos". "Creamos suficientes ocasiones para ganar y hasta el final creí que podíamos haber evitado la derrota, pero encajamos dos goles estúpidos", agregó Hoddle, cuya selección se jugará contra Colombia la otra plaza para la segunda ronda en la última jornada, el viernes en Lens, después de que Rumania alcanzara ayer la clasificación para la siguiente ronda.El técnico lamentó que los dos goles fueran consecuencia de "sendos errores defensivos iguales". "Esto no puede ocurrir cuando se juega un partido de tanto nivel", indicó. "Ahora tendremos que echar el resto contra Colombia en la última jornada", dijo el técnico inglés, quien reveló que el centrocampista Paul Ince, sustituido a la media hora, padece una lesión en el tobillo, aunque es probable que pueda alinearse frente a los colombianos.

Anghel Iordanescu, técnico de la selección rumana, afirmó que la victoria de su equipo sobre Inglaterra, que calificó de "valiosa", fue fruto "del esfuerzo admirable" de todos sus jugadores. "Fue un triunfo merecido, el resultado del trabajo desplegado sobre el terreno de juego, y estoy muy satisfecho con el rendimiento de todos mis jugadores, que disputaron el partido con mucha inteligencia", añadió. Iordanescu señaló que Inglaterra exhibió "su potencial y la calidad de su juego y creó problemas" a su selección en muchas fases del encuentro. "Pero Rumania demostró que es un equipo fuerte y su condición de cabeza de serie", subrayó. El seleccionador rumano afirmó que la segunda parte "fue un gran espectáculo, bien jugada por parte de las dos selecciones", y que finalmente el triunfo cayó del lado rumano por la "inteligencia y calidad" de sus jugadores.

Dan Petrescu, autor del gol de la victoria de su equipo, señaló que quizá no había sido el mejor tanto de su carrera, pero sí el más importante. Moldovan, el otro goleador rumano de la noche, manifestó que había sido una victoria lógica porque habían hecho un partido completo.

Por otra parte, miles de escoceses, muchos de ellos con sus típicas faldas y gorras, celebraron anoche en las calles y paseos públicos de Saint Étienne la derrota de Inglaterra frente a Rumanía. Unos 2.000 aficionados vieron el partido disputado en Toulouse en una pantalla gigante instalada en la plaza Marengo, situada en el centro de la ciudad, y vibraron con el encuentro como si estuvieran en un estadio. Los puestos de venta de bebidas, bocadillos y hamburguesas montados en el lugar no dieron abasto a la demanda de los escoceses , que consumieron ríos de cerveza antes, durante y, principalmente, después del partido.

Una explosión de júbilo se produjo cuando Moldovan anotó el primer tanto rumano a los 47 minutos y un abucheo ensordecedor puso marco en la plaza al tanto marcado por el inglés Owen a los 87 minutos. Pero la gran fiesta escocesa se desató en el momento en que Petrescu logró el tanto de la victoria en los minutos finales, que fue gritado en todas las ocasiones en las que la televisión lo repetía desde distintos ángulos, y tras el pitido final del árbitro francés Marc Batta se produjo el delirio.