Garaikoetxea considera "normal" que el 45% de su partido no respalde las listas
El presidente de Eusko Alkartasuna, Carlos Garaikoetxea, relativizó ayer la trascendencia de la apretada aprobación de las listas electorales de su partido para los comicios autonómicos y aseguró que le hacen "gracia" las interpretaciones "tendenciosas" que se han realizado. El líder del EA, que ayer intervino en un acto con afiliados en el alkartexe de Errenteria, consideró "normal" el resultado registrado el viernes en la asamblea nacional y subrayó la paradoja de que "cuando [Nicolás] Redondo Terreros y [José] Borrell ganan por la mínima a Rosa Díez y [Joaquín] Almunia en las primarias socialistas, se cantan loas a la pugna democrática, no así cuando en EA una lista obtiene un respaldo del 60% de los votos". El dirigente nacionalista desmintió, desde esta interpretación, que la aprobación de las listas de su partido, que no fueron respaldadas por el 45% de los integrantes de la asamblea nacional, pueda ser calificada como un "duro castigo" a la dirección del partido, y reiteró que en EA no funcionan "las votaciones a lo Ceausescu", en referencia al fallecido dictador rumano. Hinchas de la Real Durante su alocución a los afiliados, el presidente de EA afirmó que el PP y el PSE están jugando con "cartas marcadas" para acosar de modo "contumaz y bien orquestado" a los partidos nacionalistas, a la vez que defendió los acuerdos alcanzados con HB en sede parlamentaria porque, "en caso contrario, va a llegar el día en que no podamos ser hinchas de la Real o del Athletic porque también lo serán gentes de HB". El líder de EA lanzó durísimas críticas a los "comisarios políticos" de TVE y EITB por el escaso tratamiento informativo que se da a su formación política. En este sentido, acusó a socialistas y populares de ser "demócratas a medias" porque "se sirven de los medios de comunicación estatales para escamotear" el mensaje de su formación. Garaikoetxea explicó el enfrentamiento dialéctico que se están produciendo entre los partidos por una "colisión de sentimientos nacionales" en la que las formaciones de ámbito estatal "no quieren reconocer los derechos nacionales del pueblo vasco". Equiparó los "ataques" de socialistas y populares con la situación política de 1979 y "las amenazas que existían contra la apertura democrática". Tampoco ahorró críticas a HB y le reprochó que da "coartadas" para que se hagan vinculaciones entre la reivindicación nacionalista y violencia.
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