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Entrevista:

"Empecé a respirar con el bandoneón. Es mi segunda voz"

Llegó el martes pasado, casi por sorpresa, al escenario del Teatro Cervantes, armado de su bandoneón, su voz curada de todos los espantos y pasiones, con un repertorio de tangos de todas las épocas. Se rió de sí, emocionó y prometió volver. Rubén Juárez es uno de los grandes tanguistas y bandoneonistas argentinos. Pregunta. ¿Por qué hace nueve años que no graba un disco? Respuesta. Porque con la fascinación alrededor del bolero cuando aparece la promoción de Luis Miguel desaparece la tuya. Ahora vamos a sacarlo, ya hay gente joven que quiere sumarse al tango. Siempre fui cantante difundido por radio y ahora es necesaria la imagen. Por eso estoy adelgazando para el videoclip de un disco que podría llamarse Y en el 2000 también, donde explotaré los solos de bandoneón, haré alguna fusión con Mercedes Sosa o Serrat. P. Los cantantes de tango, como los de flamenco, ganan razón y sentencia con los años. R. Esto es como la vida y el vino. Creces, eres otro: pero sin perder nunca el niño que hay dentro. Uno ya tiene hijos, juicios alrededor, 50 años y ya no quiere más conflictos de pareja. Ya basta. P. ¿Usted, que tiene fama de seductor, se retira de las mujeres? R. El problema es que es imposible vivir conmigo. Tras mi cuarto matrimonio me fui a vivir con mi mamá. Un día llegué tarde y me regañó. Al día siguiente llegué más tarde aún para pelearme con la vieja. Cuando me encaró le dije "pero mamá, que voy a cumplir 50 años". Y ella entonces me dijo: "Pero si yo no me preocupo por vos, sino por la gente que andás arruinando por ahí". P. ¿Cómo no hay tangos de las madres de la Plaza de Mayo? R. Tal vez es que no nos atrevemos. Una vez hice una letra como un canto de esperanza tras la llegada de Alfonsín, pero decidí que no podía estar cantándole a los presidentes. Mejor dejemos esas luchas para otro tipo de música donde resulta más natural. P. Usted y Susana Rinaldi además de cantantes son actores. R. Cada tango es una obra de teatro en tres minutos. Cuando uno ya es alguien debe verse, buscarse permanentemente para sacarse el silencio, los matices, la voz. El tango te deja ponerte al servicio de la obra o la obra al servicio de vos: lo abordás o te aborda. P. Ha cantado con Fito Páez, Charly García, Serrat... Se mezcla. R. Ahora las fusiones se producen bárbaramente, como Fito y Sabina. No pierdo la esperanza de cantar un tango a Aznavour o acompañar a un cantaor flamenco: tirar una baladilla y hacerla tango. En Granada me voy a las cuevas del Sacromonte y no sabés lo que pasa ahí. Me he muerto. P. Lo suyo de cantar y tocar a la vez el bandoneón es raro. R. Eso dicen. Yo empecé a respirar con él. Es como mi segunda voz.

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