PP y CiU se castigan mutuamente en el Congreso y en el Parlament

La alianza entre el PP y los nacionalistas catalanes fue zarandeada ayer con fuerza desde ambas partes en el Congreso de los Diputados y en el Parlament. En Madrid, CiU hizo perder por la mañana una votación al PP al sumar sus votos a los del resto de la oposición. Los conservadores devolvieron la bofetada a los nacionalistas por la tarde y a domicilio, en la Cámara catalana, donde el PP provocó la primera derrota que ha sufrido CiU en una sesión plenaria desde que José María Aznar y Jordi Pujol sellaron su alianza en 1996.

Los diputados de Convergència i Unió ayudaron a los grupos del PSOE, Izquierda Unida y Mixto a cerrar el paso en el Congreso a la pretensión del Gobierno del PP de traspasar del Ministerio de Asuntos Exteriores al de Economía la competencia sobre las ayudas públicas a la cooperación. Esto sucedió durante el debate sobre la ley de Cooperación Internacional (véase más información en la página 32). La represalia del Partido Popular no se hizo esperar. Pocas horas más tarde, los conservadores contribuían con sus votos a que el Parlament, por iniciativa de los socialistas y contra la posición de CiU, instase al Gobierno catalán a elaborar en el plazo de tres meses un plan de despliegue de la reforma de los servicios sanitarios de atención primaria. Esta moción obliga también a la elaboración de un plan de ejecución de inversiones en un centenar de nuevos centros de atención primaria que podría sumar unos 20.000 millones de pesetas de aquí al año 2003, según cálculos de la autora de la moción, la diputada del PSC Carme Figueras. Desde que el pacto entre Pujol y Aznar está en funcionamiento, el PP ha hecho perder unbas pocas votaciones a CiU en comisiones parlamentarias, pero nunca en el pleno de la Cámara catalana. En alguna ocasión en que la relación entre ambos aliados habían sido especialmente tirantes y los diputado del PP habían anunciado su intención de votar contra CiU en el pleno, los nacionalistas había preferido cambiar el sentido de su voto a quedar en minoría en el hemiciclo. Conscientes de estos precedentes, los diputados conservadores mantuvieron ayer en secreto el sentido de su voto. Incluso lo callaron cuando les tocó el turno en la tribuna de oradores, para lo cual el presidente del grupo del PP, Josep Curto, alegó la ausencia del diputado encargado de aquel punto, Enric Herranz. Tras la votación, Curto trató de restarle importancia al hecho.En declaraciones a los periodistas sostuvo que tanto él como sus compañeros de banco desconocían que CiU había permitido por la mañana que el PP perdiese una votación en el Congreso. Curto afirmó que no había recibido instrucción ni consigna alguna de la dirección nacional del PP ni del Gobierno ni de ninguno de sus miembros. "Habrá sido una coincidencia", apuntó. El dirigente conservador indicó que la moción en la que CiU resultó derrotada estaba en consonancia con el los criterios del PP en materia de atención sanitaria y que, por consiguiente, había sido incoherente que los diputados conservadores no la apoyasen. El portavoz del grupo de CiU en el Parlament, Ramon Camp, lamentó la actitud del PP catalán y calificó de irresponsables y faltos de seriedad a los diputados conservadores. Camp, que aseguró al término de la sesión plenaria que el PP le había anunciado inicialmente que se opondría a la moción del PSC, atribuyó el cambio del sentido del voto de los conservadores a "sucesos externos a la Cámara catalana". Camp anunció que el grupo de CiU en el Congreso presentará una enmienda a los próximos Presupuestos del Estado para que se dote a la sanidad pública catalana de mayores recursos para poder hacer frente a las obligaciones inversoras derivadas de la moción aprobada ayer. "Espero que el PP sea coherente y vote entonces a favor dela enmienda", dijo.