Valencia y Alicante muestran los límites corporales y mentales de las instalaciones de Marina Abramovic
Su cuerpo es la principal materia de la que se nutren los trabajos de la artista Marina Abramovic (Belgrado, 1946). Es la fuente y objeto de expresión en su indagación de los límites corporales y mentales. Así se pone de manifiesto en las performances que ha realizado a lo largo de 25 años. En 1997 recibió el gran premio especial de la Bienal de Venecia con su instalación Balkan baroque, en la que reflexionaba sobre el conflicto de la antigua Yugoslavia a partir de la proyeccción de las imágenes de sus padres y de ella misma y de una gran pila de huesos sanguinolentos. Pero en la videoinstalación La caza que ayer presentó en Valencia, su cuerpo está ausente. Esta vez se ha valido de las imagénes de diversos hombres -asiáticos, un europeo y un africano- con el fin de crear una obra expresamente para la singular sala de La Gallera de Valencia. En la primera planta, tres cuerpos cimbreantes, de movimientos pélvicos convulsos, con un fondo de música africana, evocan directamente las peleas de gallos que antiguamente cobijaba la sala. Abramovic busca representar el éxtasis, mientras que el silencio se apodera de la segunda y tercera planta, dedicadas al espíritu de los animales, según comentó ayer la artista. La caza se inscribe dentro del ambicioso proyecto El puente, comisariado por Pablo J. Rico y producido por la Consejería de Cultura. Se trata de la retrospectiva más completa realizada hasta el momento de Abramovic. A La caza se suma la representación de la performance multimedia Biography que se realizará mañana en el Teatro Rialto, la proyección (hoy y mañana) en la Filmoteca de una antología de las intervenciones de la artista y, finalmente, la exposición Artist-Body-Public-Body -con fotografías, esculturas, instalaciones y vídeos- que se inaugurará el sábado en la Lonja del Pescado de Alicante. Abramovic manifestó que era muy emocionante ver en una semana toda su trayectoria y destacó la importancia de establecer un diálogo con el público. La directora de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar, trazó similitudes entre las exposiciones en la Comunidad de Yoko Ono y de Abramovic.
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