La universidad andaluza tendrá educación a distancia

Crear nuevas modalidades de enseñanza donde no se exija la dedicación exclusiva al estudio y combatir el fracaso académico con medidas efectivas. Y hacerlo antes de que finalice el presente curso. Esas son dos de las condiciones que contempla el acuerdo -firmado el pasado noviembre por la Consejería de Educación, la Universidad de Málaga (UMA) y varias agrupaciones de estudiantes- que puso fin a las movilizaciones contra la tasa 6.000. La Junta se da más que por satisfecha de la marcha: las universidades andaluzas ofrecerán el curso 1999-2000 educación a distancia y el pasado 3 de junio se aprobaron los estatutos jurídicos de la Unidad de Calidad para mejorar el rendimiento académico. "No sólo estamos dando cumplimiento de estas condiciones para Málaga, sino para toda la región", manifestó José Luis Pino, director general de Universidades. "El Parlamento andaluz ha dado el visto bueno a que nuestras universidades impartan educación a distancia (una modalidad que hoy en día sólo ofrece la UNED)", aseguró. Pero habrá que esperar un curso más para que entre en vigor porque todavía falta elaborar la normativa. Calidad Pino se mostró satisfecho por la reciente aprobación de los estatutos de la Unidad de Calidad de las Universidades (UCUA), cuya creación había sido acordada por el Consejo Andaluz el pasado marzo. Andalucía se ha convertido así en la segunda comunidad autónoma, después de Cataluña, que tiene una comisión para estudiar las causas del fracaso académico y analizar la figura del profesor-tutor. Las evaluaciones de la UCUA tienen validez ante la Unión europea. Pero desde la agrupación Acción Estudiantil de la UMA se escucharon voces de escepticismo. La razón: no se han creado las 20 becas de monitores del programa de evaluación institucional a pesar de que así lo contempla el documento y que estaban previstas para el pasado enero. "Esto nos sirve como antecedente para estar prevenidos del incumplimiento", manifestó Ramón Ramón, uno de sus miembros. No le preocupa tanto la creación de estas becas como que la Universidad de Málaga no realice un estudio sobre el fracaso académico por centros, titulaciones, departamentos y profesores.