Los imputados por apuñalar a un marroquí niegan ser "rapados"

Los cinco jóvenes acusados de apuñalar el 13 de marzo de 1993 a Abderrazak Ettali -un marroquí que iba a comprar tabaco junto a un compatriota a la cantina de la estación de Pozuelo- se sentaron ayer en el banquillo para responder de esta brutal agresión. La víctima tardó 24 días en curarse de la herida que le produjeron en el abdomen y que, según indicaron ayer en el juicio los peritos, pudo costarle la vida si no hubiese sido atendido en un hospital.

Los acusados son los hermanos Isaac y Jacobo T., Eloy S., Radi Z. y Antonio F. Según el fiscal, que pidió penas de dos años de prisión para cuatro de ellos y de seis para otro, el móvil de la agresión fue racista, pues, antes de agredirle, a Abderrazak le llamaron "moro de mierda".

La víctima aseguró ayer en el juicio que no provocó en ningún momento a los acusados, y relató que éstos, tras insultarle, se dirigieron hacia él, le golpearon, le clavaron un arma blanca en el abdomen y huyeron a continuación. También declaró que oyó claramente cómo los jóvenes les llamaron a él y a su amigo -que logró escapar de los agresores- "basura" y "moros de mierda".

Los procesados negaron en el juicio ser cabezas rapadas y haber agredido a la víctima. No obstante, uno de ellos reconoció que fue él quien se dirigió hacia los jóvenes marroquíes y dio un cabezazo a uno de ellos.

Radi Z., uno de los acusados, declaró en el juicio que, al ser detenidos, acordaron en comisaría inculpar de la puñalada a uno de ellos, Isaac T., y luego ayudarle ante la justicia. A este hecho atribuyó las contradictorias declaraciones que figuran en el sumario.

Otro de los inculpados, Eloy S., corrobó este acuerdo. Dijo que mientras estaban detenidos en comisaría, oyó a sus amigos decir que tenía que salir un culpable de la puñalada y propuso que fuera Isaac. Agregó que él no quiso participar en ese acuerdo.

Durante el juicio, que quedó visto para sentencia, los abogados defensores de los acusados solicitaron la libre absolución.