Matemáticas, lengua... y ajedrez
Lapiceros, rotuladores, cuadernos... y un juego de ajedrez. El material escolar de los alumnos de primaria y secundaria podría enriquecerse con el juego de la estrategia si la consejería de Educación decide incluir el ajedrez como asignatura obligatoria en los colegios. Nicola Lococo, presidente de la Federación Vizcaína de Ajedrez, se embarcó en la partida más comprometida de su vida hace dos años, convencido de las ventajas didácticas del ajedrez frente a otras asignaturas, empeñado en demostrar que el alumno opondría menor resistencia a asimilar sus contenidos. Profesor de monitores de ajedrez, licenciado en Filosofía y con tres cursos de pedagogía completados, Lococo se sintió legitimado para canalizar el proyecto, no sin cubrirse las espaldas: "Contacté con el Centro de Orientación Pedagógica (COP) de la margen derecha y en la federación cuento con Miguel Angel Arnáiz, psicólogo y monitor de ajedrez. Entre los dos planteamos las claves a demostrar". Así, el proyecto tendría una duración de tres años y pretendería demostrar igualmente que la asignatura del ajedrez desarrolla la memoria y la capacidad para el cálculo matemático, estimula la imaginación y la anticipación estratégica en las posibilidades (es decir, la valoración). Lococo encontró el tablero en el que organizar su peculiar partida en el colegio Emilia Zuza de Santurtzi. Las fichas, cerca de 500 niños de edades comprendidas entre los 7 y los 11 años. Sobre los cuatro aspectos a demostrar se trazaron unos tests de inteligencia presentados al alumno al principio del curso, en su ecuador y al término del mismo. Para cotejar los resultados, se presentan los mismos tests, a un grupo de control (alumnos de otro colegio público) para poder observar cualquier alteración de grado.Los resultados determinarán si el ajedrez influye en las cuatro capacidades antes citadas. Ya ha quedado probado que el ajedrez, presentado como un juego, merece una menor resistencia por parte de los alumnos para asimilar sus contenidos, y también se ha demostrado que la materia permitiría trazar un programa completo y variado de clases. Síntoma significativo del éxito de su empresa, la decisión de la dirección del colegio de implantar el ajedrez como asignatura obligatoria independientemente de los resultados que arrojen los tests. Todos los cursos reciben una hora de clase por semana y todas se registran en vídeo, grabaciones que han servido para documentar la creciente concentración de los niños en clases, su paciencia, el silencio autoimpuesto. El experimento ha alterado la rutina: el ajedrez se emplea como modelo en clase de artes plásticas, inspira las redacciones y facilita la relación entre alumnos de distintos cursos que se retan en los recreos. Lococo moverá una figura decisiva en septiembre, cuando presente su trabajo a la consejería de Educación con la esperanza de que tramite una ley en el parlamento que convierta el ajedrez en asignatura obligatoria.
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