Fuerte presión sobre Nigeria para que el nuevo presidente abra las cárceles
La decepción campó ayer entre la oposición democrática de Nigeria tras el primer mensaje a la nación dirigido por el nuevo presidente, el general Abdulsalam Abubakar. Limitándose a proclamar su fidelidad al dudoso plan de democratización del dictador Sami Abacha, fallecido el lunes de un ataque al corazón, Abubakar no dijo una palabra sobre los presos políticos. El Papa Juan Pablo II, que en marzo solicitó a Abacha la libertad para una lista de 60 cautivos, envió ayer un mensaje al nuevo dirigente del país más poblado de África.
«Es decididamente bueno que Abubakar haya prometido ceder el poder rápidamente», declaró un veterano diplomático occidental en Lagos. «Lo que ahora debe hacer para establecer su credibilidad es liberar a los prisioneros tan pronto como sea posible».
Todos los ojos están, pues, puestos en la liberación de presos políticos. Durante su viaje a Nigeria el pasado mes de marzo, Juan Pablo II se reunió con el dictador y le transmitió una lista de 60 hombres encarcelados por sus ideas políticas tras la anulación de las elecciones de 1993. Abacha no había respondido a su petición de libertad hasta el momento de su muerte. Ayer, el Papa recordó en su mensaje a Abubakar aquel encuentro, y le transmitió sus «sinceras condolencias» por la muerte de Abacha.
«Encomiendo su alma a la misericordia de Dios todopoderoso y rezo por la paz y el bienestar de Nigeria», le escribió el Papa. Durante su visita del 21 al 23 de marzo, el Papa se convirtió en apóstol de los derechos humanos y de un rápido retorno a la democracia en Nigeria. Aunque el Papa transmitió una lista de unos 60 prisioneros, grupos nigerianos de derechos humanos calculan en 160 los detenidos políticos desde la llegada al poder de Abacha. El más famoso es el opositor Moshood Abiola, rico empresario del sur y virtual ganador de las elecciones anuladas en 1993.
Plan dudoso
La incertidumbre se mantenía ayer en Nigeria tras el mensaje a la nación del martes por la noche, en el que Abubakar eludió por completo referirse a los presos políticos.El nuevo dirigente militar, de 55 años, se limitó a adherirse al plan de democratización de Abacha, que preveía la celebración de elecciones en agosto y el paso del poder a los civiles en octubre. Se trata de un plan muy dudoso, ya que él era el único candidato a esos comicios, y promesas similares se han incumplido otras veces en Nigeria.
La oposición, por tanto, mantiene sus llamamientos a la población para que se movilice mañana, 12 de junio, precisamente en el 5º aniversario de las elecciones anuladas por los militares.
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