El legado de Muñoz Suay

El ahora denominado Institut Valencià de Cinematografia constituye el legado de Ricardo Muñoz Suay, fallecido en agosto del año pasado, cuando el borrador de la ley estaba ya prácticamente acabado. Pese a la polémica suscitada en medios del audiovisual valenciano, que reclaman una norma de política general en este campo, la intención no era hacer una ley que regulara el sector sino convertir la Filmoteca de la Generalitat en un instrumento de rescate y documentación del patrimonio visual mucho más potente. La autonomía de gestión, similar a la del IVAM o a la del desaparecido Institut Valencià d"Arts Escèniques, Cinematografia i Música (IVAECM), ha de permitir, según aquel diseño, que el nuevo organismo se ocupe, no sólo de la restauración de vetustas y valiosas películas, sino del conjunto de la memoria visual, en sus diversos soportes (cinematográficos, en vídeo o en formato digital). Desde que murió Muñoz Suay, hace casi un año, la Filmoteca de la Generalitat funciona sin director, lo que ha generado no pocos problemas en su funcionamiento. El consejero de Cultura, Francisco Camps, ha esperado a la aprobación de la ley. Ahora, ya no hay excusa. Tendrá que designar al responsable del nuevo instituto. No le ha faltado tiempo para decidirlo.