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Alta afluencia a las elecciones de los farmacéuticos de Valencia

Los farmacéuticos valencianos, un colectivo de 3.000 colegiados, vivieron ayer una jornada especialmente intensa: la celebración de las primeras elecciones en los últimos diez años, que abren la puerta al cambio. La candidatura renovadora, con Paloma Navarro al frente, buscaba anoche desbancar el firme poder que ha mantenido Salvador Ibáñez, casi 17 años en la presidencia del Colegio de Farmacéuticos. La alta participación, de un 65% mostró el fuerte y polarizado debate que vive el colectivo.

A las siete de la noche empezó el recuento de votos, un proceso que fue cuestionado de antemano por la candidatatura que sostiene a Navarro. Sin llegar a formular denuncias concretas, la plataforma Alternativa 98 mostró de antemano sus reticencias sobre la falta de garantías para escrutar el voto por correo, precisamente el que fue ayer más masivo. De los casi dos mil votantes, 1.400 ejercieron su sufragio por correo y sólo unos 500 colegiados acudieron ayer a las urnas instaladas en la sede del propio colegio, según cifras del gabinete de prensa. Desde que se cerraron las urnas hasta bien entrada la noche, dos interventores, uno por cada candidatura, revisaban escrupulosamente cada papeleta recibida por correo. La alta participación tenía anoche dos lecturas en el colectivo. Por una parte, la impresión de que las expectativas de cambio animaron a los colegiados a participar. Pero por otra, la posibilidad de que el poder que ha sostenido a Ibáñez durante 16 años se reflejara en un voto corporativo mayoritario. En el fondo, lo que está en juego es una renovación generacional. Paloma Navarro, de 44 años, propone la renovación de una directiva menos vertical, frente a la vieja guardia, que representa Ibáñez, de 57 años. Pese a esta incertidumbre, lo cierto es que el colegio vive una fuerte y polarizado debate entre las voces que piden una "renovación", la consigna que impulsa Paloma Navarro, y los afines a la política de Salvador Ibáñez, que ha estado marcada por la ruptura de relaciones con la Consejería de Sanidad. Otros puntos que, de forma indirecta, estaban en juego, eran la propuesta de Ibáñez de pugnar por la instalación de una industria de genéricos en Valencia, o la prioridad por la resolución de los problemas que afectan directamente a los farmacéuticos, como el irresuelto conflicto de horarios y de guardias, que propone abordar Navarro.

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