Brasil e Inglaterra, fábrica de líos
"Estamos tranquilos. No pasa nada. Venimos a ganar el Mundial", repetían ayer los jugadores de Brasil tras su entrenamiento en Ozoir, amenizado por unos 3.000 seguidores de la torcida. Pero la consigna no oculta la realidad. La prensa de Brasil habló ayer de la destitución de Mario Zagallo tras el Mundial. Los nervios empiezan a pasar factura a la canarinha: su juego no convence, Romario está fuera por lesión y Edmundo, el polémico delantero del Fiorentina agredió el viernes a Leonardo y ayer recibió un serio aviso de expulsión. Pero no sólo Brasil tiene problemas. Inglaterra también, tras el último escándalo que ha explotado en su selección: Sheringham fue descubierto en estado ebrio en Portugal.Brasil se entrenó ayer con aparente buen humor. Cuestión de imagen. Mario Zagallo y Zico, su ayudante, se reunieron por la mañana con Edmundo y le amenazaron con echarle si reincidía. Edmundo ha provocado ya dos incidentes: primerio acusó a Ronaldo de individualista tras el partido en San Mamés -Junior Baiano y Leonardo intervinieron para calmarlo- y el viernes dio un codazo al centrocampista del Milan. Romario incluso llegó a decir que aplaudiría la valentía a Edmundo si abandonaba la selección. Varios jugadores, además, tampoco se hablan entre sí. "Siempre se habla mucho de Brasil. Pero nosotros estamos muy serenos", dijo ayer Rivaldo, con una sonrisa, intentando desdramatizar la turbia imagen del grupo.
Los pobres resultados cosechados por Brasil la semana previa han echado el resto. La Folha de Sao Paolo publicó ayer que Zagallo será destituido tras el Mundial independientemente de su voluntad y pese a que se proclame campeón. Zagallo ya estuvo a punto de ser despedido en febrero, pero sólo se le impuso entonces a Zico como ayudante.
"Son las 6.45 de la mañana y el beodo Sheringham, cigarrillo en boca, se desmadra con una rubia", tituló el viernes el periódico sensacionalista inglés, The Sun, con una foto ilustrativa del jugador inglés a todo color. El flemático delantero del Manchester protagonizó el último escándalo en una selección inglesa que se aproxima al Mundial a fuerza de polémicas en torno al alcohol y la vida poco deportiva de sus jugadores. El seleccionador, Glenn Hoddle, le pidió explicaciones y Sheringham apareció ante los medios muy compungido para retractarse: "No hubo profesionalismo en lo que hice", reconoció tras un viaje relámpago a Portugal, donde se le tomó la foto.
Hoddle ratificó al delantero entre los 22 que irán al Mundial y tomó medidas precautorias. Se sabe que por orden de la Federación no habrá alcohol en el hotel concentración. Y el chef francés preparará las salsas con muy poco vino.
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